Entre leones

Sostiene Costas

Sostiene Antón Costas, catedrático de Economía de la Universitat de Barcelona en su artículo No se trata de gobernar por gobernar publicado en La Vanguardia, que "el resultado de las elecciones del 20-D es un regalo navideño para el cambio político que España necesita".

Y plantea: "De lo que se trata ahora es de aprovechar la gran oportunidad que la sociedad española ha abierto para el cambio político, aunque eso signifique dotarse de cierta paciencia para encontrar la fórmula adecuada para gobernar el cambio que han traído estas elecciones"

Y lo explica: "¿Cómo podríamos medir la bondad de unas elecciones? Podemos utilizar dos indicadores. Uno es ver si los resultados permiten formar gobierno de manera fácil y rápida. Otro es ver si las elecciones han permitido recoger bien las preferencias sociales sobre el tipo de políticas y el cambio político que los ciudadanos desean".

Sostiene Costas que "si utilizamos el primer indicador, el resultado de las elecciones del 20-D parece malo. Ningún partido tiene los votos necesarios para gobernar en solitario, ni hay parejas de partidos ideológicamente próximos con mayorías para hacerlo".

En su opinión, "esta dificultad es la que lleva a algunos a pensar que la solución son nuevas elecciones. Pero no vivimos tiempos normales".

Sostiene Costas que "si utilizamos el segundo indicador, vemos que estas elecciones han sido una bendición".

A su juicio, "la aparición de nuevos partidos ha permitido a los perdedores de la crisis incorporar a la agenda política sus preferencias por nuevas políticas económicas y por la regeneración de la vida política e institucional".

"Esto es muy importante -agrega-. Los economistas y politólogos saben que cuanto mejor se incorporen las preferencias sociales, más eficaces serán las políticas y las reformas".

Según este catedrático catalán, "la intensidad con la que los ciudadanos han expresado su preferencia por la cuestión social ha sido extraordinaria".

"Un dato revelador –subraya- es que la cuestión social se ha impuesto también en aquellas comunidades donde la cuestión identitaria es intensa y existen partidos nacionalistas muy arraigados, como es el caso de Cataluña, País Vasco y Galicia".

Sostiene Costas que hay otro dato revelador: "El problema catalán no ha castigado a los partidos que se han atrevido a llevarlo en su programa. Podemos-ICV-BComú sacó en Catalunya un 24,68% del voto: uno de cada cuatro votantes. Pero en el conjunto de España Podemos y sus aliados obtuvieron un estimable 20,6%: uno de cada cinco votantes. Por tanto, la resistencia a atender la aspiración mayoritaria catalana de un mejor autogobierno no se debe al miedo a un rechazo del resto de españoles, sino a la pereza y el miedo de los políticos a la hora de enfrentar este problema".

Sostiene Costas que "los resultados de las elecciones del 20-D expresan de forma nítida la preferencia de los ciudadanos por un triple cambio: social, político y territorial".

"Ahora –añade- no se trata solo de gobernar por gobernar, sino de gobernar esa triple dimensión reformadora que España necesita. Y eso no podrá hacerlo un gobierno de un solo partido o un solo color ideológico".

En su opinión, "gobernar el cambio que España necesita no lo podrá hacer ni un gobierno de izquierdas ni un gobierno de derechas".

"Se necesita –agrega- un gobierno que sea capaz de conciliar los apoyos parlamentarios básicos para introducir en el marco legal y constitucional las nuevas reglas y normas de funcionamiento político e institucional. Para ello, la persona que sea llamada por el Rey para formar gobierno debe ser capaz de ofrecer al conjunto de las fuerzas políticas parlamentarias un proyecto de cambio que satisfaga las preferencias sociales expresadas en las elecciones. Y convocar de manera inmediata la comisión parlamentaria de reforma política para ponerse manos a la obra. Esta tarea puede llevar dos o tres años. Una vez aprobada en el Parlamento y sometida a referéndum, se podrán convocar nuevas elecciones y volveremos a los tiempos normales".

Este artículo de Antón Costas es uno de los análisis más lúcidos sobre las elecciones del 20-D.

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