Entre leones

Una oportunidad para la decencia

El acuerdo in extremis que alcanzaron Junts pel Sí y la CUP para evitar unas elecciones en Cataluña se cimentó sobre la renuncia de Artur Mas. Pero el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, viene a ser como Mas pero sin bagaje y sin complejos.

Es decir, Puigdemont va a seguir la hoja de ruta independentista trazada por Mas y lo hará sin temblarle el pulso.

Con Mas, que estaba campeado políticamente en Madrid –posiblemente haya conocido incluso la casa particular de Mariano Rajoy en Boadilla del Monte en alguna que otra reunión privada, ¿no?-, cabía esperar un gesto in extremis de sensatez para devolver el desafío catalán a la mesa de negociación y encauzarlo por la vía de la reforma constitucional.

Con Puigdemont, me temo muy mucho que no hay tu tía. Pero hay que intentarlo. La falta de diálogo que ha presidido las relaciones entre Mas y Rajoy forma parte del grave problema territorial que tiene España con Cataluña.

Otra de las consecuencias del acuerdo de investidura en Cataluña ha sido que se ha redoblado la presión sobre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para que facilite la investidura de Mariano Rajoy.

Aunque Pedro Sánchez se ha situado al lado del Gobierno ante el desafío secesionista cuando los independentistas se han pasado la Ley por el forro de los pantalones, el PP y su consorcio mediático quieren que el líder del PSOE les permita seguir dirigiendo los destinos de este país tras ser corresponsables de la grave crisis territorial de Cataluña por su inacción política.

Además, por una unidad de España que no han sabido defender políticamente, exigen ahora que Pedro Sánchez les permita mantener una reforma laboral que solo ha servido para empobrecer a las clases medias y trabajadoras, continuar con las recortes que han dejado el Estado de derecho en purito hueso, salvar a los bancos para que continúen desahuciando, seguir instalados la impunidad al no asumir que funcionaron durante 20 años con una caja b, etc.

Ante este voto de resignación que pide Rajoy, Pedro Sánchez hace bien en buscar un acuerdo transversal con Podemos y Ciudadanos para conformar una alternativa a la España indecente que ha construido el PP en los últimos cuatro años.

Porque de eso, como decía Emilio Lledó, se trata, de decencia. Con Patxi López se empieza a andar...

Y no estaría mal que así lo entendieran Podemos y Ciudadanos.

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