Entre leones

'Business', demasiado 'business'

Los 123 escaños que consiguió el pasado 20-D le dieron al PP una victoria pírrica en las elecciones legislativas. De entrada, este resultado propicia que Felipe VI le señale como candidato a la presidencia del Gobierno.

Sin embargo, salvo que la Virgen de Lourdes interceda por él ante Pedro Sánchez –Rivera está en el bote desde antes de los comicios-, Rajoy lo tiene casi imposible. Y él lo sabe y por eso se muestra tan perezoso a la hora de cortejar al líder socialista. Ni un ‘juego al baloncesto en la intimidad’ ha esgrimido para ablandarlo. Nada de nada.

Debe ser porque está seguro que no hay otra que investirlo a él o nuevas elecciones. Y ahí no tiene por qué preocuparse. La alternativa progresista, que pasa por un pacto de izquierdas entre el PSOE y Podemos, ya se la están cargando los numerosos medios afines, que defienden los intereses de sus patrones del Ibex 35 sin complejos y con prontitud.

En el PSOE, con la colaboración inestimable de los barones, reyezuelos taifas que defienden la unidad de España mientras cavan la fosa del socialismo democrático español, van de crisis en crisis. A cuál más impostada.

Vaya poca vergüenza la última, con Fernández Vara de brazo ejecutor, a propósito de la cesión de senadores socialistas a ERC y Democracia y Libertad para que puedan tener grupo parlamentario propio. Y la última en salir, Susana Díaz, que debe estar convencida de que el paro en Andalucía se acaba echando a Pedro Sánchez y por eso conspira más que gobierna.

La salida de Vara y cía. es más propia de los peperos, que demonizan y embadurnan de mierda a todos aquellos que no piensa como ellos. ¿Hay alguien que dude que la deriva secesionista catalana solo se solucionará tendiendo puentes y no con la Legión? ¿Hay mayor centralidad política que poder dialogar con unos y otros?

No me extraña nada que el PSOE sea el único partido que está perdiendo apoyos desde el 20-D según la última encuesta de El País (alguna vez tenía que acertar, ¿no?). El espectáculo tan lamentable que están ofreciendo los barones, siempre buscando líneas rojas para justificar sus tendencias golpistas, y la parálisis del Gobierno andaluz, que por no tener no tiene ni discurso, debían pasar factura sí o sí.

Y tachar a Patxi López de "traidor", aparte de mostrar una enfermedad mental severa, denota una crisis de sentido común muy seria.

En cuanto a Podemos, pues tanto sumar para convertirse en la segunda fuerza política de España tiene que acabar como ha acabado: con Pablo Iglesias al frente de cuatro grupos políticos diferentes con poco mando en plaza. El ejército de Pancho Villa con rastas y bebés en bandolera mismamente.

Demasiada pizarra táctica para una tropa tan dispersa.

En cualquier caso, estas dos crisis, la de los senadores en el PSOE y la del descontento de los grupos en Podemos, están siendo magnificadas mediáticamente para impedir ese acuerdo de progreso en España.

Y la cosa es ya tan descarada que no me cabe ninguna duda de que detrás de todo empieza a haber business, demasiado business, en el aliño político.

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