Si no estuviera tan manido, el titular del encuentro entre Pedro Sánchez y Mariano, en la ronda de conversaciones que está llevado a cabo el líder del PSOE para su investidura, sería ‘Crónica de media hora de nada’.
Bueno, sí dejó una escena que sirve para entender mejor el laberinto en el que se halla el presidente del Gobierno en funciones, una especie de patriarca inmerso en un otoño prematuro. Sus formas son ya las de un viejo dinosaurio más extinto que en vías de extinción.
Aunque bien visto, la mirada perdida acompañada por un toque impostado a la chaqueta más que de dinosaurio era de cobra.
En opinión de los marianólogos, el desaire de Mariano La Cobra Rajoy es luto por la pírrica victoria del 20-D, y no un brote de prepotencia, soberbia y mala educación, que es lo que consumó en vivo y en directo con el desbarre, digan lo digan los expertos en descifrar sobre entrañas de aves los pocos y erráticos movimientos del líder del PP.
Además, el encuentro sirvió para enterrar las remotas posibilidades que había de que Rajoy formara una gran coalición con el PSOE y Ciudadanos. Pedro Sánchez no pudo ser más claro ante un tipo acosado por tierra, mar y aire por la corrupción.
Y la ofensiva de los barones críticos, capitaneados en Susana Díaz, que era quizás sin querer –vete tú a saber- la mejor aliada de Rajoy en esta intentona, ha muerto definitivamente en la playa de Canal Sur TV, donde Felipe González le cortó las alas a la lideresa andaluza al recomendarle que se olvidara de la secretaría general y de la candidatura a la Presidencia del Gobierno.
Después de digerir estas declaraciones y un desayuno con el propio Felipe González, que le debió explicar sin edulcorantes por qué le desaconsejó públicamente que siguiera haciéndole la puñeta a Pedro Sánchez, Susana Díaz declaró que nunca ha estado embarcada en proceso sucesorio alguno. Mentir en política es lícito. Pero resulta misión imposible tras tanta indiscreción acumulada.
En fin, el estratega que tuvo la genial idea de encargar a Canal Sur TV que entrevistara a Felipe González para que bendijera el ascenso a Susana Díaz se ha cubierto de gloria.
Pero no hay mal que por bien no venga: si en lo orgánico solo ha provocado un matarile contra la lideresa, en lo institucional puede servir para que Susana Díaz salga de su amnesia y recuerde que tiene la obligación de gobernar Andalucía.
NOTA: Descartada la jugada apadrinada por el Ibex 35 de quitar de en medio a Pedro Sánchez por la mano traidora de las baronías sociatas, Rajoy anunció ahora que el PP se presentará a la investidura. No sé sabe si será él mismo o su avatar en modo ‘fumándose un habano y subido en una caja b’. La dimisión de Esperanza Aguirre apunta, sin embargo, a que el gallego le puede ceder los trastos del PP a Sorayita...