Entre leones

Con Podemos y los nacionalistas

Según la encuesta de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), las elecciones legislativas del 26-J arrojarán unos resultados electorales similares a los de los comicios del 20-D.

Es decir, el PP volvería a ganar las elecciones; el PSOE seguiría como segunda fuerza política; Podemos se mantendría como tercera, y Ciudadanos sería la cuarta.

Con respecto al sondeo de enero, el PSOE se acerca al PP, y Podemos y sus socios en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Galicia caen de forma notable.

En esta encuesta aún no se valora el impacto del acuerdo político entre Podemos e Izquierda Unida. Eso sí, sumando los porcentajes de ambas fuerzas, esta nueva coalición superaría al PSOE. Pero todo hace indicar que sólo lograría superar a los socialistas en votos, difícilmente en escaños.

En cualquier caso, el escenario sería muy similar al que ha desembocado en nuevas elecciones por falta de acuerdo entre las principales fuerzas políticas. El PSOE resultará decisivo de nuevo.

Fracasado el acuerdo transversal con Podemos y Ciudadanos –una operación política muy beneficiosa para España por su recorrido de izquierda a derecha-, el líder del PSOE tiene que decidir si permite que el PP gobierne con Ciudadanos, tal como le indicó el mismísimo Felipe González, o forma una alianza con Podemos y las fuerzas nacionalistas.

Ni que decir tiene que prefiero esta segunda opción. Que el PP siguiera en el Gobierno de España tras los numerosos casos de corrupción que lo visten y calzan, sería una tragedia para la democracia, la perpetuación de la indecencia.

Por eso, Pedro Sánchez tiene que buscar la segunda opción con la determinación y la honestidad que le han caracterizado hasta ahora.

Si para ello tiene que domeñar al Comité Federal del PSOE que le condenó a una negociación casi en exclusiva con Ciudadanos, pues tendrá que hacerlo. Para lograrlo siempre podrá contar con la ayuda de una militancia que hasta ahora le ha mostrado una lealtad inquebrantable y que ha estado moralmente muy por encima de esa pandilla de impresentables que se han convertido en barones a la violeta.

Desde luego, los militantes no se rasgarán las vestiduras cada vez que Pedro Sánchez intente tender puentes con los independentistas para buscar soluciones a la grave crisis territorial que vive España, ni meterán palos en la rueda para que el PSOE no gane.

Anuncian desde Ferraz que la campaña de Pedro Sánchez tendrá un toque más presidencialista para intentar superar a Rajoy y al PP. Tampoco le vendría mal a su partido que de camino exhibiera su musculatura de primer secretario del Partido Socialista Obrero Español, aunque solo sea para acabar con ese ruido que ha destilado una vergonzosa falta de unidad interna.

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