Entre leones

Rajoy o la ley del mínimo esfuerzo

Que las encuestas sigan situando al PP y a Mariano Rajoy como los ganadores de las elecciones legislativas del próximo 26-J es absolutamente increíble. Pero debe ser cierto al coincidir todos los estudios demoscópicos. Aunque, a lo mejor, en esta ocasión se equivocan.

No podemos olvidar que el PP ha estado financiándose veinte años largos de una caja ‘b’, y que durante una gran parte de ese periodo de Bárcenas y otros piratas de la calle Génova Rajoy era presidente de la cosa.

Pues bien, con ese pecado original que pone en entredicho que Hacienda hayamos sido todos, don Mariano, presidente del Gobierno en funciones, sigue cosechando casos de corrupción. En una democracia mínimamente asentada, Gürtel, Púnica, papeles de Bárcenas y tarjetas de Caja Madrid hubieran tumbado a cualquier político medianamente serio.

El descrédito de tanta tropelía le hubiera obligado a tirar la toalla hace ya mucho tiempo. Pero no, Rajoy no se va ni con agua caliente. Él ha hecho suyo el consejo de Camilo José Cela de que ‘en España, el que resiste, gana’. Y, oye, le ha ido bien.

Pero una cosa es atrincherarse en su despacho y otra distinta recrearse en la suerte de la poca vergüenza. Ya va de sobrado. El otro día, en una entrevista, reconoció que eso de los debates no le gustaba ni chispa, porque exigían "mucho esfuerzo" y "mucha preparación".

Arte puro de un político que le cogió gusto al plasma y que le suena a chino eso de que los debates electorales son un derecho de los ciudadanos.

Y hablar de corrupción ni hablar. En esas está este lince de los bosques españoles, en eludir los escabrosos casos de mangancia vitaminada que afectan al PP y centrarse en las cositas bonitas de España (con banda sonora de Manolo Escobar), que diría Carmen Sevilla. ¿Cositas bonitas de España con un paro por encima del 20% de la población activa? ¿Cositas bonitas de España con nuestros jóvenes buscándose la vida en el extranjero? ¿Cositas bonitas de España con un sistema educativo tocado y hundido? ¿Cositas bonitas de España con la clase media perdiendo efectivos a chorros?

Entre estas cositas bonitas de España, no estará, por supuesto, el problema catalán, que Rajoy debe dar ya por resuelto tras haber hecho el esfuerzo de reunirse con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y facilitar una cordial sentada entre Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras. Una demostración de que no siempre está leyendo Marca y en Babia.

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