Entre leones

Barones a la violeta

De entrada, el fracaso de Rajoy para sumar apoyos retrasa su investidura. Es decir, que a principios de agosto, tal como quería el presidente en funciones, nada de nada. O sea que la cosa puede prologarse hasta septiembre, coincidiendo con la vuelta al cole.

Y es que el político gallego no tiene amarrado aún ni el sí de Ciudadanos, que es el paso previo para convencer a Pedro Sánchez de que el PSOE tiene que abstenerse por el bien de España y olé.

Y mira que después del apoyo soberanista al acuerdo de la Mesa del Congreso, que supuso la llegada a la presidencia de Ana Pastor, parecía que Rajoy había aprendido a hablar catalán en la intimidad y se había hecho socio clandestino del Athlétic de Bilbao para ganarse el apoyo de los nacionalistas. Pero no, un espejismo.

Por cierto, ¿alguien me puede explicar cómo es posible que Rajoy en vez de ser un traidor a España se haya convertido en un hombre de Estado después de haber pasteleado y recibido el apoyo de los soberanistas?

Entiendo que la mayoría de la prensa sea tan comprensiva con el PP. Quien paga, manda: ya se vio en las encuestas el poder de convicción de Génova, que ha reeditado para España y olé la prensa del Movimiento.

Pero no comprendo el silencio de la mayoría de los barones a la violeta del PSOE, que se rasgaban las vestiduras cada vez que Pedro Sánchez se reunía con un soberanista. ¿Se acuerdan de la pasión que ponían en defensa de la unidad nacional y para abortar la investidura de su secretario general? Pues bien, la mayoría no ha dicho ni pío ante el apoyo soberanista al PP. Vamos, esta pandilla de quintacolumnistas, que beben más de los intereses del Ibex-35 que de las decisiones de la Ejecutiva Federal del PSOE, lleva tiempo rozando el golferío político.

En Andalucía, donde está la cuna de este movimiento de fuego amigo, hay que añadir un toque autista. Solo así se entiende que en el Comité Director del PSOE andaluz únicamente interviniera la lideresa andaluza, Susana Díaz. Ni una palabra más para hacer un poquito –no mucha, una mijita- de autocrítica.

Vale, Pedro Sánchez mató a Manolete. Pero alguna culpa tendrá la Ejecutiva Regional de la derrota electoral cosechada el 26-J en Andalucía, ¿no?

No pasa nada, Susana Díaz sigue empeñada en sacar a Andalucía del pozo del paro. Hace poco estuvo embarcada en esa tarea en L’Hospitalet de Llobregat, provincia de Barcelona.

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