Entre leones

Los Toros de Guisando y olé

Salvo que al menos seis diputados socialistas decidan convertirse en salvapatrias –el PP sumará a sus 135 escaños los 32 de Ciudadanos y uno de Coalición Canaria-, la investidura de Mariano Rajoy resultará fallida.

Pese a que los ataques por tierra, mar y aire no han cesado desde 26-J, Pedro Sánchez resiste y le volvió a decir que no de nuevo a Rajoy en la reunión que celebraron ambos dos en el Congreso de los Diputados el lunes.

Otro no que adelanta el no de la Cámara baja al líder del PP.

Hasta el 31 de octubre, fecha límite para repetir la investidura, Rajoy tiene tiempo para buscar apoyos entre aquellos que en la Mesa del Congreso ya le respaldaron.

Me refiero a los nacionalistas; sí, los nacionalistas catalanes en concreto. Cabe recordar que Aznar, después de escuchar desde el balcón de Génova cómo sus parroquianos llamaban a Pujol "enano" y le exigían que hablara castellano, tuvo que decir públicamente que hablaba catalán en la intimidad para lograr el apoyo de CiU y conseguir la investidura en 1996.

Pues eso, que Rajoy se saque de la manga una bajada de pantalones y lidie con los nacionalistas que él ayudo a convertir en soberanistas. Se me ocurre que podría hacerse súbitamente del Barça o recitarle a sus hijos las obras completas en Salvador Espriu antes de dormir.

Ahí, en CDC, tiene los seis escaños que le faltan; es más, le sobran dos para la mayoría absoluta que conformarían con los escaños del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria.

Sí, la utilización electoralista del problema catalán por parte del PP lo agravó, sobre todo al romper todos los puentes de diálogo existentes.

Y ahora no le queda otra a Rajoy que enmendar el desaguisado tejiendo nuevos contactos con Mas y compañía, que no dejan de ser de su misma cuerda en lo social y en lo económico.

Desde luego, con el PSOE no puede ser de ninguna de las maneras. A no ser que a los sociatas les dé un golpe de calor en este tórrido final de agosto.

Además de las diferencias ideológicas existentes entre el PP y el PSOE, que son más que notables por mucho que se afane la propaganda mediática en quitarle banderas a los socialistas, está el pacto de los Toros de Guisando, que en la investidura fallida de Pedro Sánchez tras el 20-D sirvió a Rajoy para descalificar el acuerdo entre los socialistas y Ciudadanos con burla, chanza, guasa, mofa, chasco y pulla: "Toda esta representación ha venido precedida de otra no menos teatral y altisonante: la solemnísima firma de un acuerdo de muy limitada relevancia, pero presentado con una escenografía que hacía pensar que estábamos ante una página histórica de dimensiones solo comparables al pacto de los Toros de Guisando", declaró entonces.

Pues eso, que tampoco es para tanto, sobre todo si tenemos en cuenta que para sacar adelante ese paquete de reformas pactado con Ciudadanos, al PP le sigue faltando un puñadito de diputados, ¿no?

A trabajar de verdad, don Mariano, que todo no va a ser torear de salón a los Toros de Guisando y olé.

Más Noticias