Entre leones

En blanco y negro

En las elecciones catalanas, como es sabido, han ganado los Ciudadanos de Arrimadas, pero sobre todo los independentistas, que suman de nuevo mayoría absoluta.

El PSC de Iceta no ha podido vender la transversalidad y la reconciliación y ha resistido más mal que bien, dejando a Pedro Sánchez de nuevo a merced del coro de críticos.

Los comunes se han caído del pedestal de Colau y se apuntan a la deriva marcha atrás y cuesta abajo de Podemos.

Y el PP se ha instalado directamente en la irrelevancia. Un ‘independen’ le decía a Albiol que "no os va a votar ni el Tato". Eso, ni el Tato ni la Tata.

Es la Cataluña en blanco y negro, que ha votado a los independentistas para que sigan en pos de la república y del disparate.

Por cierto, qué despilfarro de propaganda con el follón de la tocata y fuga de las empresas, qué pifia lo del aislamiento internacional, qué desvarío con la pérdida de turismo y ocupación hotelera, qué pandilla de aficionados.

En fin, de nuevo en este callejón sin salida, Rajoy, a lo suyo: a aguantar, que, como decía Cela, en España, quien aguanta, gana.

El problemón en el que se ha convertido el problema le resbala; el presidente del Gobierno responde con lo que más le pone: el tancredismo legalista.

Promete diálogo pero dentro de la ley (ya se la podría haber aplicado a él y a su partido con la corrupción). Eso, que se le está poniendo al gallego cara de Sísifo, subiendo y bajando el artículo 155 hasta el infinito, hasta que los independentistas se hagan españoles, suizos o bollitos suizos.

¿Dimitiir? Te-quiere-i-ya, hijo.

En esta España en blanco y negro, que todo se pega sin fronteras, quien está pescando en río revuelto es Rivera, Riverita. Arrimadas ha levantado electoralmente una ola que puede llevar al cuñado de todos los cuñados al mismísimo palacio de La Moncloa, y de camino poner fin a la hegemonía de los socialistas en Andalucía. Si la jerezana fuera la candidata (tiene más tirón que Rivera), sin ningún género de dudas que este bastión inexpugnable caía en redondo. Tiene algo esa muchacha...

El único partido que puede frenar ese tsunami de derechas que representa Ciudadanos –es una derecha sin complejos, de las que te defienden el despido libre por convicción- es el PSOE. Pero necesita cerrar de una vez por todas el ruido interno que los críticos con Pedro Sánchez mantienen como si fuera una mala promesa, e intentar, como Arrimadas ha conseguido con el voto constitucionalista en Cataluña, captar el voto útil de la izquierda en España, que ha salido muy mal parada de los comicios catalanes -por esa pelea eterna que tanto aplaude la derecha- y que está obligada a reaccionar por pura supervivencia más pronto que tarde.

PD: Tienen que ser muy malas personas quienes ha decidido destituir como entrenador del Sevilla CF a Eduardo Berizzo pocas semanas después de ser intervenido de un cáncer de próstata. Para colmo, el equipo sevillano está en octavos de la Champions y va quinto en la Liga. En fin, en adelante, cuando escuche el emotivo himno sevillista no podré evitar acordarme de los directivos que han echado al Toto y seguramente me entrarán ganas de vomitarles encima.

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