La revuelta de las neuronas

Aquí estamos, el cambio ha venido para quedarse

11083595_566521516784182_7584172918112375930_nAl día siguiente, los diarios ABC y La Razón respiraban tratando de proyectar la misma tranquilidad en sus portadas: Susana Díaz frena a Podemos. La apuesta de los sectores conservadores por impulsar a la pata débil del régimen del 78, pareciera haber surtido efecto, pero ¿están en lo cierto? Saben que no lo tienen nada claro y por eso buscan transmitir una aparente certeza. En su terapia de autoayuda se convencen de que el río vuelve a su cauce original, esto es, se vuelve al tipo de orden y reparto de las posiciones políticas que les conviene a las élites. Pero podríamos estar ante una situación parecida a la que describía Tocqueville, cuando advertía a la Asamblea Nacional francesa en 1848,  "creo que nos estamos durmiendo sobre un volcán".

Si miramos la foto al completo podemos observar que se dan las condiciones para el cambio político. Primero en el campo sociocultural sobre todo con el 15M en 2011, y luego tomando cuerpo político desde el 25M de 2014, la erosión de los actores viejos es manifiesta. En 2008, PP y PSOE sumaban el 86% de los votos en Andalucía, en 2012 el 80% de los votos y en 2015, apenas llegan al 62% de los mismos. El PSOE, que obviamente ha ganado las elecciones y ha sido el partido más votado, sufre una hemorragia constante de votos y cada vez se conforma con menos para cantar victoria, al contrario que Podemos, siempre con hambre de más para sentirse conforme. Entre 2008 y 2015, el PSOE ha perdido unos 770.000 votos, dejándose por el camino unos 13 puntos. Hasta ahora, incluso en 1994, cuando el PSOE bajaba el PP subía, en 2015 los dos bajan en votos. Tal y como apuntan algunos análisis, el PSOE suele sacar entre 8 y 10 puntos más en los comicios andaluces que en el conjunto del país. Dicho de otra forma, el descenso en votos del PSOE en Andalucía tiene una réplica más fuerte cuando se trata de traducirlo en las elecciones generales. El tiempo de lo caduco se acaba, llegan ideas frescas y renovadoras; los que ayer degeneraron no van a regenerar nada hoy. Unos van de arriba hacia abajo en descenso, otro va de abajo hacia arriba ascendiendo.

Algunos, en su deseo de hacer realidad sus profecías, tenían escrito un titular que no han podido exponer: Podemos se desinfla. Se equivocan, aquí estamos y no nos vamos, porque el cambio ha venido para quedarse. Podemos es una fuerza ciudadana que surgió hace poco más de un año. Desde entonces no ha dejado de crecer, desde la primera encuesta que otorgaba un 0,2% pasando por las elecciones europeas logrando el 8% de los votos. Podemos ha duplicado el porcentaje de votos en Andalucía con respecto a las elecciones europeas y ha triplicado el número de votos consiguiendo casi el 15% de los votos. Un resultado inédito para una fuerza tan joven en unas elecciones convocadas en su contra, diseñadas para una mayoría absoluta, que por cierto, no han conseguido. Acostumbrados a jugar con el viento en contra, la sonrisa de Podemos se muestra como una sonrisa irónica consciente de las dificultades y los retos que tiene por delante. El resultado es inaudito en las condiciones y tiempos que se han dado, pero sabemos que no es suficiente, la urgencia de los tiempos exige mucho más y para ello hay que seguir trabajando. Podemos no nació para ser oposición y aunque trabaje sin descanso cuando le toque serlo, tiene la vista puesta en ganar las elecciones para construir el cambio en este país.

¿Pero de qué se habla cuando se habla de cambio? De un nuevo pacto social entre la ciudadanía, nunca más pactos de despacho entre viejas o nuevas élites, nunca más un país sin su gente. ¿Qué hay que cambiar para poder hablar de cambio? La desigualdad, esto es, cuando el 1% de la población acumula la misma riqueza que el 70% de la población. No hay democracia sin democracia económica. Acabar con la espiral de endeudamiento y caminar hacia la suficiencia fiscal. Eliminar la corrupción, pero no reducirla a quien mete la mano, la corrupción es algo mucho más serio que unas manzanas podridas. La corrupción es un sistema de gobierno cuyo origen hay que buscarlo en el secuestro de las instituciones públicas por parte de los sectores privilegiados, muchas veces los más improductivos. Hacer especial hincapié en materia de derechos y política salarial, lo que significa defender los servicios públicos universales y para ello es fundamental, acabar con la deflación salarial, la temporalidad y la precariedad, de asalariados y autónomos. En 2014 han bajado los salarios y han aumentado las horas trabajadas de los que mantienen su empleo.

El paro,  para ello hay que reactivar la economía existente y activar con urgencia, nuevos sectores intensivos en tecnología y conocimiento, en sostenibilidad ambiental, o en el campo de la energía. El cambio de modelo productivo precisa valentía, pues los hay que viven muy bien del ladrillo y los monopolios. Otros aplican políticas de austeridad que empeoran la vida de la gente, suelen ser los mismos que utilizan lo público para el lucro privado, ya sea de forma legal o ilegal. Existe otra austeridad, la que beneficia a la ciudadanía. Podemos ya ha hecho más por la gente antes de entrar al parlamento, que otros en años de gobierno: 1,4 millones de euros en ahorro a los y las andaluzas. Seguimos.

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