La revuelta de las neuronas

¿Cómo se arregla Podemos? Con democracia

Me pongo a escribir y me vienen a la cabeza los artículos y los argumentos que daba en 2014 sonrisapara justificar la necesidad de la existencia de Podemos ante la intransigencia de una izquierda que respondía de forma iracunda. Pero ¿por qué me salen ahora los mismos argumentos que entonces? Tras más de dos años de andadura observamos que ahora se escuchan dentro de Podemos los mismos argumentos que antes se lanzaban contra Podemos. Dicho de otro modo, los déficits de la izquierda que provocaron el nacimiento de Podemos, lejos de corregirse, buscan reforzarse.

En psicología se utiliza el término "chosen trauma" para referirse a una imagen compartida por un grupo que ha sufrido en el pasado una serie de humillaciones, y lo elevan a categoría mitológica transmitiéndolo de generación en generación. Un caso muy claro es el trauma compartido por los serbios que se remonta a hace más de 600 años y reaparece en los años 90. El "chosen trauma" es una forma de revivir en el presente los males arrastrados de épocas pasadas, que dibujan imágenes y sentimientos de dolor y vergüenza en el grupo en cuestión.

En política existen casos de "chosen traumas" cuando los tiempos presentes se piensan desde los lugares del pasado, como una especie de revival, de repetición y oportunidad para lograr lo que en su tiempo no pudo ser. En la tradición de la izquierda abundan los chosen traumas, especialmente en la relación mantenida con los años 70 y los 90. De algún modo se interpreta el ciclo abierto desde el 15M y, más tarde, por Podemos, como una manera de recuperar un tiempo arrebatado y un intento de ajustar cuentas, sus cuentas. La indignación vivida en la sociedad vendría a ser la oportunidad para vengarse de los traumas pasados.

¿Cómo evitar tropezar en la misma piedra en la que tropieza siempre la izquierda? ¿Cómo salir de las luchas intestinas en donde el "espíritu del vigilante nocturno" que denunciaba Rosa Luxemburgo es predominante? La respuesta es sencilla: con democracia y construyendo una cultura política sustancialmente distinta a la que arrastran los partidos viejos. En este sentido hay que enfocar la cuestión de manera inversa a cómo lo hacen Monereo y Monedero, que señalan la diversidad como una conspiración o una muestra de deshonestidad. La fiscalización férrea de las opiniones y la lectura autoritaria del poder son tics de otras épocas que deberían quedar como un mal recuerdo del pasado. Quienes pusimos en marcha Podemos bebemos de tradiciones políticas muy distintas a las del partido del acero y, precisamente, por eso, al igual que hizo el 15M con la izquierda, desobedecimos los manuales y las homilías de los sacerdotes.

En esta línea me gustaría recuperar la argumentación central de la carta abierta a Pablo e Iñigo que escribió el filósofo Juan Domingo Sánchez Estop. Ahí se habla de la amistad política aristotélica en donde los problemas se resuelven entre iguales y la falta de democracia se soluciona con más democracia, no con menos. El verdadero toque de atención nos lo está dando la gente exigiendo un Podemos que sea algo distinto a las clásicas recetas de la izquierda, distinto a lo de siempre. A mis amigos del barrio, cuya preocupación es ver si la ETT les renueva unos días más, les traen sin cuidado las etiquetas que nos ponemos quienes vivimos Podemos día a día, lo que les interesa de Podemos no es su orgía de narcisismo y la pose estética, la vestimenta o la dentadura; lo que les interesa es si de una u otra forma sirve para mejorarles la vida.

Los liderazgos son un punto de partida para construir democracia, pero existen para dejar de existir. Cuanto más fuerte es el tejido en una sociedad, cuanto más fuertes son sus vínculos de músculo democrático, menos necesidad existe del hiperliderazgo y de los entornos que lo rodean. Si queremos dar miedo a los que mandan lo que tenemos que conseguir es que los de abajo dejen de tener miedo al mañana. Eso no se hace con consignas, pues llevamos años comprobando que no existe una relación entre lo radical que uno se considera y la radicalidad que se logra. Repetir lo mismo de siempre solo logrará los resultados de siempre

Hoy ser generosos significa serlo con nuestra gente, entender que si "solo en el pueblo confiamos", hay que asumir su mandato y no se pueden dar las respuestas antes de que se formulen las preguntas. Cuando decimos que hay más inteligencia en la sociedad que en las élites pero también que en los partidos, incluido Podemos, nos referimos a esto: la gente va por delante de los cargos públicos y dirigentes, votan apertura, pluralidad y diversidad y, por ahora, se les responde con lógicas caducas. Al contrario de lo que indican las tesis de la competitividad de mercado,  las ideas surgen y crecen con más facilidad en entornos cooperativos; pongamos las condiciones para que puedan desarrollarse. Dejemos de insultar a la gente, salgamos de la telenovela, esto no son Los Soprano ni el Joven Papa, emancipemos al espectador de su posición pasiva, ¿cómo? Abriendo Podemos a la participación colectiva y dejando de fiscalizar cada paso; no le tengamos miedo a la democracia. No hay otra.

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