La revuelta de las neuronas

Zorro y león

 Zorro y león

Si haces que los adversarios vengan a ti para combatir, su fuerza estará siempre vacía.

Sun Tzu

La situación es paradójicamente idónea. El PP gobierna, sí, pero se ha tenido que comer por el camino al bipartidismo; el mismo al que ahora quieren resucitar haciendo que el PSOE simule ser oposición. El régimen sigue atravesado por numerosas contradicciones y eso puede ser un síntoma de debilidad, sobre todo en el campo del PSOE, que deja huérfano a un sector de la sociedad. Javier Fernández, que preside la gestora del PSOE, reconocía en diciembre que en «los asuntos cruciales» estaban más cerca del PP que de ningún otro partido. En enero del presente año afirmaba sin sonrojarse que ante la mayor crisis del capitalismo desde 1929, la prioridad de su partido era ante todo garantizar la estabilidad política. Dicho de otro modo, ante un país donde 3 personas acaparan la misma riqueza que 14 millones de personas, su prioridad como «socialista» no es impugnar el orden de la desigualdad, sino garantizarlo.

Su recién formado «comité de sabios» apunta como principal enemigo al «populismo», ahora con el apellido de «destructivo». Su adversario, claro está, no puede ser el PP con el que pacta el techo de gasto, una medida que impide de facto desarrollar una política social digna de tal nombre. En la misma senda se comprende el fichaje, ahora sí oficialmente, del economista José Carlos Díez, cuya obsesión con Podemos le lleva a decir que si se llega aplicar la renta básica habría que poner francotiradores en la frontera. Lo mejor, entonces, sería quitar cualquier derecho. Parece que Mr Intermoney no ha empezado con buen pié.

Ahora bien, si la situación es "excelente" visto el repliegue del PSOE y la incapacidad del régimen de dar respuesta a los principales problemas: en materia socioeconómica, en modelo territorial, en regeneración democrática, o sobre Europa, quizás las fuerzas del cambio deben pasar a la ofensiva, con inteligencia, más pendientes de servir a la gente que de pasar un supuesto test de pureza. Así pues, no se trata de hablarle ni obsesionarse con el PSOE, sino de hablarle a la ciudadanía, no se trata de ser el eterno hermano pequeño que  intenta buscar un motivo para diferenciarse del otro y llamar la atención.

El problema está en forjar una identidad en relación a la existencia del otro en lugar de hacerlo por uno mismo; eso solo puede significar subalternidad y dependencia al PSOE. Sin ti no soy nadie. La mejor forma de no ser funcional al régimen, esto es, de no adoptar la postura que se espera de ti dentro del reparto de papeles y roles, pasa por demostrar la propia valía, la utilidad que nos demanda la sociedad. La gente no necesita saber lo malos que son otros, lo que espera es que demostremos por qué nosotros lo podemos hacer mejor y ser merecedores de su confianza.

Ha sido Pablo quien en reiteradas ocasiones ha dicho que «estamos condenados a entendernos con el PSOE». Yo tampoco diría tanto y en el medio plazo espero que sean ellos quienes estén condenados a intentar seguirnos la pista; lo que sí creo es que la política depende dela correlación de fuerzas y que Carmena, Kichi o Ada, desearían no tener que contar con ellos, pero la realidad es otra. En cualquier caso, nada nos sería más útil que hacerles dependientes de una dinámica que no manejan: eso les llevaría a una contradicción tras otra. Por la contra, si somos conservadores y nos limitamos a «cumplir» el papel y rol que el régimen nos asigna, estarán contentos, crecerán y nosotros nos quejaremos.

Ante la crisis del bloque socialdemócrata, que viene de lejos pero ahora toma más fuerza, en su incapacidad de ofrecer un horizonte distinto a los conservadores, se encuentra una oportunidad política para quienes queremos transformar la realidad. Se trata, no de sustituir al PSOE por Podemos para que todo siga igual, al contrario, se trata de que en ese proceso de cambio se genere una mayoría nueva de naturaleza distinta, es decir, tenemos la necesidad de vertebrar sectores sociales diferentes dentro de un mismo espacio marcado por límites claros y amplios. Podemos tiene que ofrecer una estructura de sentir democrático capaz de alojar los anhelos por una vida mejor. Esto es disputar el hundimiento del consenso socialdemócrata.

Que el PSOE haya tomado la decisión de someterse al PP es secundario, porque no les hablas a ellos, sino a la gente, no quieres convencerles a ellos, sino a quienes todavía le dan su apoyo, o ya no se lo dan pero todavía tampoco se lo dan a Podemos. Ser laico es tener cintura, bailar y boxear como Alí, no torpe como Homer. Un ejemplo de ese baile: cuando en su momento decidimos que lo mejor para desactivar a Ciudadanos era comprender que había una parte de los españoles que los percibía como «regeneración» (esto independientemente de cómo lo perciba tú o yo), y eso suponía desactivar esa parte y activar su similitud a FAES. Desactivarla diciendo que seguramente en materia de «regeneración» o de «cambio en la ley electoral» era viable alcanzar acuerdos, pero que su política económica era muy rancia. Otro ejemplo; curiosamente, cuánto más real se percibió la posibilidad de que se formase un gobierno, más le saltaron las costuras al PSOE, tanto que al final estalló. Dicho de otro modo, la cal viva les cohesionaba, la «mano tendida» les asfixia. Como Pícara de los X-men, tocarles les resta vida. Eso es ser zorro para esquivar las trampas; eso es lo que permite al león espantar a los lobos.

Afortunadamente ya hemos pasado el tiempo donde el demérito del resto nos hacía buenos, ahora toca madurar y llevar a la práctica el proyecto de futuro que decimos encarnar. Abandonemos todo complejo, seamos laicos, arrastremos al resto a terrenos que no desean, marquemos la agenda y la iniciativa en todos los frentes; eso es avanzar el país de mañana. Necesitamos adaptar la hipótesis Podemos, no dejarla de lado, pues una apuesta política sólida es aquella que en su coherencia es capaz de ser flexible, leer los momentos y marcar el ritmo; prever para poder dirigir con el objetivo irrenunciable de lograr la victoria. ¿No es esta la mejor lección que podemos aprender ahora que se cumplen 100 años de Octubre?

Más Noticias