Sabemos quién es responsable

Sabemos quién es responsable¿Por qué ha saltado P. por la ventana desde un edificio alto como un monte? ¿Ha saltado o le han empujado? No miremos la sangre en el suelo. Demos marcha atrás, subamos ladrillo a ladrillo, pasemos una ventana, otra, así hasta el quinto piso, entremos en la habitación, y ahí están, erguidos, arrogantes, los asesinos. Todos hombro con hombro. Cuarenta años de dictadura, falangistas arrogantes, locutores de radio y de televisión de puro, toros, sobre con dinero en el bolsillo interno de su traje del Opus y al lado de su camisa azul, catedráticos autoritarios que mintieron sobre su oposición al franquismo, catedráticos autoritarios que se jactaron de su condición franquista, obispos rijosos con gruesos anillos y dedos hinchados, monjas reprimidas, todo un clero pervertido con patente de corso por el cuidado esmerado que le profesaban al caudillo, empresarios rentistas, defraudadores y estraperlistas venidos a más, banqueros con espíritu de familia eterna, desclasados con afán de mérito, policías adaptados a las rendijas del suelo, médicos, enfermeros y más monjas metidas en el robo y entrega de niños a familias ricas de padres puteros y mujeres sometidas que no hacen preguntas. Y silencio, mucho silencio, que hizo cómplice a todo un país que olvidó a los mejores que había dado su suelo.

Sabemos quién empujó a P. por la ventana. Y sabemos que esa gente, hoy, nunca va a la cárcel, porque les indultan, porque sus bufetes de abogados hacen que los delitos prescriban, porque eliminan a testigos o los compran, porque siempre tienen amigos en alguno de los partidos que siempre gobiernan. Sabemos quién empujó a P. por la ventana.  Y ellos saben que nosotros, tarde o temprano, vamos a cambiar las preguntas por exigencias.