Podemos: el fondo del asunto

Podemos: el fondo del asunto
Espinar y Errejón

Por fin acuerdo en Podemos Comunidad de Madrid

Es una gran noticia el acuerdo de las diferentes corrientes de Podemos en la Comunidad de Madrid. El sector que representa Espinar ha aceptado las exigencias de Errejón ( primarias conjuntas de candidato y lista, mayoría absoluta en la lista definitiva, el 60% del dinero de la asamblea para Errejón y un comité de campaña con mayoría para su sector, y con autonomía para dirigir la campaña). El grupo de Pablo Iglesias ha sido muy generoso. Pero era esencial que no se trasladase a la opinión pública otra vez la imagen de desunión. Es un primer paso. La generosidad no es un espacio común en la política. Hay que reconocerle a Iglesias y Espinar el esfuerzo.

Ponerle ahora estrategia a la táctica

No basta ganar unas elecciones. No basta con querer gestionar lo que existe pensando que con no robar -aunque visto lo visto con el PP no es poca cosa- ya está todo logrado. No es todo una cuestión de táctica cuando falta la estrategia. Se trata de remoralizar la vida política, convertir en realidad lo que empezó a reclamar el 15M, tener coraje contra los de arriba -que tendrán que ceder para que haya pensiones dignas, electricidad a un precio sensato, vivienda sin especulación, comisiones bancarias no abusivas-, tener un plan para crear empleo. Se trata de tener un proyecto de país con la gente.

Se trata igualmente de demostrar en cada paso que des cómo es la sociedad que quieres construir. Por eso el comportamiento tiene que ser virtuoso. No se trata de sufrir los ataques del statu quo que recibas por hacer política. Esas heridas las llevamos con orgullo porque sabemos que son ataques mercenarios. Pero en el resto de asuntos, la transparencia y el comportamiento ejemplar deben ser la norma. Es un orgullo el comportamiento del Diputado de Podemos Juan Merlo que ha dimitido porque ponía en su currículum que era ingeniero industrial cuando no había terminado la carrera. No ha falseado un expediente ni un título. Y ha dimitido. No lo han hecho en el PP cometiendo delitos, no lo han hecho en el PSOE y no lo han hecho en Ciudadanos. Esa es la diferencia.

Hay que cambiar la manera de hacer las cosas para representar esa manera diferente de entender las cosas que está emergiendo en España. Los partidos tradicionales obran como los guionistas de las series sometidas al mercado: hacen encuestas para ver qué quieren ver los espectadores y alargan los capítulos para mantener entretenida a la audiencia. En el camino, desaparece esa voluntad del artista de contar algo, de estremecer, de mover conciencias, también de entretener, pero no con un falso juego de prestidigitación donde compras que están haciendo magia cuando lo único que están haciendo es darte lo que esperas y tu emoción no es la de la sorpresa sino la de la autocomplacencia.

Hacer algo más que votar

Si la ciudadanía mira a la política como si se fueran a un burdel donde piden resultados porque pagan, es mejor irse a casa. Por eso, igual que es un error hacer política contra lo que piensan los votantes (error clásico de la izquierda), es un error hacer política plegándote a los gustos construidos de los votantes. Ni los mejores profesionales del sexo les satisfarán nunca. La política tiene que ser compromiso, corresponsabilidad, coraje para saber lo que se puede hacer, para aceptar lo que no se puede hacer, audacia para atreverse pese a las amenazas. La política debe reclamar a los votantes mayor compromiso. La democracia pasa por la obligación ciudadana de leer medios de comunicación objetivos (no tienen por qué ser neutrales, pero tienen que ser objetivos), de hacer un esfuerzo de tiempo para las cosas de afuera de tu casa, de darte cuenta de que RTVE es un robo a la inteligencia y a la democracia, de que si no sabes cómo se llama el Presidente de Portugal es porque a alguien le interesa que no lo sepas, y de que si Cifuentes sigue ahí es porque la presión sobre Ciudadanos no es lo suficientemente fuerte.

¿Políticos de diseño o líderes salidos de las luchas populares?

La política no es un juego de gestores y mucho menos un juego de salvadores. Ahí está la Francia de Macron, la gran esperanza tecnocrática e inteligente, el mimado por los medios, que ha puesto a su país en pie de guerra porque está acabando con los derechos sociales. Y detrás de él, el riesgo de que crezca la extrema derecha. Es el caso de otra esperanza inmaculada, Mateo Renzi, que ha entregada Italia a la extrema derecha. E incluso la América de Obama que ha dejado la alfombra roja al loco devastador de Trump para que ahonde en todo lo que hizo (expulsión de inmigrantes, guerra, apoyo al capitalismo financiero). No debemos repetir esos errores en España. El 15 nos regaló la posibilidad de hacer las cosas de manera diferente. No necesitamos salvadores de diseño.

La batalla de Madrid es contra el PP y Ciudadanos (la importancia de los Círculos)

Conquistar la Comunidad de Madrid es esencial. El PP ya ha perdido el ayuntamiento y la caída de Cifuentes, lo saben, es el segundo acto del fin del gobierno de Rajoy. La responsabilidad de Podemos es enorme. Por eso hay que celebrar el acuerdo entre las diferentes corrientes de Podemos en Madrid. Errejón es un excelente candidato en un partido que representa la posibilidad de cambio en España. Nadie en Madrid entendería otro espectáculo. Vistalegre 2 zanjó la discusión y la mayoría de los militantes de Podemos expresó cómo quería que funcionara el partido dándole una contundente victoria a Pablo Iglesias. La generosidad y la inteligencia llevó a que se ofreciera al perdedor, Errejón, un puesto de máxima honra, la Presidencia de la Comunidad de Madrid, pese a que Errejón perdió igualmente las primarias a la Secretaría General de Madrid. Ramón Espinar había sido el ganador de las primarias, y también quien, en nombre del acuerdo, renunció a presentarse a candidato a la Comunidad de Madrid para dejarle ese espacio a Errejón. En política, con demasiada frecuencia nos olvidamos de dar las gracias.

Nadie iba a entender que ese ofrecimiento se convirtiera en una resurrección de una pugna que fue legítima en el contexto del congreso pero que se zanjó democráticamente en Vistalegre. Podemos es un partido, no un grupo de amigos. Así nació, pero hoy tiene detrás cinco millones de votos. Un elemento esencial para que no se repitan los errores de la vieja política pasa por no reinventar las baronías personalistas que tanto daño han hecho a la izquierda del PSOE o de Izquierda Unida. La polémica no puede descansar en que nadie quiera imponer rodillos ni tampoco conseguir por fuera lo que no consiguió en las elecciones primarias. La nueva política no puede ser una variable de ningún capricho sino una voluntad compartida de la gente que con generosidad dedica su tiempo a cambiar la realidad. Por eso son tan importantes los círculos. Son la garantía contra cualquier infantilismo.  No son catetos, como dicen de las bases los arrogantes que se creen de izquierdas. Son los círculos  los que permiten que Podemos tenga políticos en cargos de responsabilidad.

Por eso es tan importante un partido-movimiento. Lo contrario sería traer el modelo norteamericano, donde los partidos solo se activan cada cuatro años para elegir a unos candidatos que no rinden cuentas a nadie.  Todos los cargos de Podemos deben saber lo que es la militancia política. Los que dejaron otras actividades dentro y fuera de España para incorporarse a Podemos lo hicieron a un proyecto colectivo. El acuerdo logrado en Madrid da esperanza a mucha gente que necesita la victoria sobre el PP de Rajoy y Cifuentes para saber que es posible cambiar nuestro país.