La moción de censura está en la calle

La moción de censura está en la calle

El PSOE va últimamente tarde, en zigzag e incluso con retrocesos, pero no importa. Dice un proverbio: camina o siéntate, pero no te tambalees. Sánchez se ha lanzado hacia adelante y eso quizá le ayude a que deje esa pose temblorosa trajeada. Se nota que está haciendo cálculos electorales desesperados, pero no importa. Que sólo haya permitido dos preguntas (y que a una sobre los votos de los partidos independentistas necesaria para alcanzar una mayoría no la haya respondido realmente) es mala señal. Bienvenida sea en cualquier caso la presentación de una moción de censura.

Una moción de censura tiene dos partes: una de sorpresa, que implica no dar herramientas al adversario para que la impida o la debilite, y otra de compromiso con las fuerzas políticas que tienen que sumar una mayoría. Pedro Sánchez va flojo en ambas. No hay sorpresa, porque con Zaplana y la sentencia de la Gürtel era un clamor popular. No hay apoyos parlamentarios de momento porque  Sánchez no ha hablado con nadie, lo que acerca este movimiento a una mera cuestión de márketin, lo que no es bueno. En cualquier caso, insisto, bienvenida sea la moción presentada por el PSOE. Nos está gobernando una bestia herida que se siente acorralada. Es muy probable, además, que vaya sumando barbaridades porque sabe que le quedan tres padrenuestros en el convento. Cuando eres consciente de que vas a terminar dando misa en la cárcel de Estremera las probabilidad de que seas insensato crecen.

Ha dicho Sánchez que va a formar un gobierno del PSOE. Es decir, que no cuenta con nadie. Y, al tiempo, pide "responsabilidad" a los 350 diputados (incluidos los suyos, que no siempre son, a juicio de Sánchez, responsables).  El objetivo es limpiar la corrupción del PP (espero que también la del PSOE, la del PNV, la de Convergencia) y convocar elecciones en algún momento que no señala. Igualmente va a a cumplir los compromisos de Europa (juanto cuando desde Bruselas se vuelve a decir que se aplique en España el artículo 135 con mayor rigurosidad). Es decir, que va a pagar el agujero que deja el PP. Así sin más. Con eso, la agenda social es muy difícil que vaya adelante. Sería bueno también conocer el calendario de las elecciones. Porque que va a convocar elecciones es evidente ya que no te vas a quedar toda la vida.

¿Por qué ha presentado el PSOE la moción de censura justo cuando acaba de darle alas al PP en la aplicación del 155? Es evidente que porque no podía hacer otra cosa. La inacción de Sánchez y el seguidismo al PP son sangrantes hasta para los que no son del PSOE. Además de que evita, según los reglamentos -aunque eso dependerá de lo que digan finalmente los juristas- que Rajoy pueda adelantar sin más las elecciones y les pille con el pie cambiado. Para Ciudadanos es fuerte seguir soportando a Rajoy y la moción ahonda sus contradicciones. A Rivera se le agotan los conejos de la responsabilidad de la chistera española. Ya no puede repetir  con su hueco eco que no ve la corrupción y solo ve españoles. Lo de Ciudadanos es solo humo de encuestas y cualquier decisión o no decisión ya pasa al reino de la verdad. Sánchez necesita volver al Parlamento para ser alguien. Esto es una buena excusa, siempre y cuando no lo convierta en una operación fallida que se desinfla antes de empezar.

Podemos tiene más sencillo el apoyo a la moción de censura porque Sánchez no se ha echado en brazos de Ciudadanos como hizo en 2016. Es arrogante por parte de Sánchez no querer hablar con nadie ni pactar ningún acuerdo -lo que indica cierta urgencia del PSOE que tendrán que explicar-, pero no estamos ante las ruedas de molino de 2016 donde el gobierno que iba a sustituir a Rajoy venía con un plan económico escrito por la derecha del PSOE -Jordi Sevilla- y la derecha de Ciudadanos - Luis Garicano-. Para Sánchez -y lo ha repetido- Ciudadanos es VOX, y aunque siga queriendo regañar a Pablo Iglesias, fue un inconsecuente echándose en brazos de quien considera la extrema derecha. Ciudadanos, en su neofalangismo de banqueros, seguirá haciendo un papelón. No va a apoyar la moción de censura y buscará la excusa de los nacionalistas. Cuando Rivera acaba de aprobar unos presupuestos que ahondan las desigualdades con el cuponazo al PNV.

La moción de censura del PSOE es una esperanza abstracta para una España exhausta que necesita encontrar soluciones. Sánchez no las tiene y la moción de censura está demasiado abierta. Por eso hace falta que la calle hable. Calle e instituciones. La moción, con los pensionistas en la calle, las mujeres en la calle, los estudiantes en la calle, significa algo más que una estrategia parlamentaria. Tiene la virtud de que obliga a todos los partidos a mover ficha. Y cuando se mueve ficha, hay partida y las tablas dejan de ser el escenario cansino en el que nos desangramos.