Derecha off the record

Derecha off the record

Los conservadores nunca vieron a los negros salvo cuando fueron a África a hacerles esclavos y suplir en las plantaciones a los indígenas que habían muerto de enfermedades nuevas y del trabajo extenuante. Hoy siguen sin verles y, lo que es peor, han contratado a algunos negros y los han vestido de policías para que junto a otros blancos vestidos también de policías, maten a otros negros poniéndoles la rodilla en el cuello o disparándoles.

No todos los policías son así y en Plymouth se han aliado con los manifestantes, pero el Presidente Donald Trump, el amigo de Abascal, dice que no hay ciudadanos protestando, que son antifascistas, que es lo mismo que terroristas, aunque el soldado Ryan fue un antifascista que luchó contra los nazis. Para los conservadores, Spielberg puede ser visto también como un terrorista. John Locke se quejaba al rey de Inglaterra de que les trataba como esclavos, cuando John Locke, el padre del liberalismo, tenía esclavos. A los indígenas tampoco les vieron, salvo cuando quisieron robarles el oro y la plata, cinco siglos después siguen sin verles por si pueden robarles el petróleo, el niobio, el coltán o la soja.

Los conservadores nunca vieron como personas a los trabajadores y por eso les obligaban a jornadas laborales de 16 horas, les hacinaban en lugares horrendos sin condiciones de salubridad y les mandaban a la policía o, llegado el caso, al ejército si protestaban porque esa vida no era vida.

"Los nazis no veían a los judíos y por eso les mandaron a morir por millones a las cámaras de gas. Pero los conservadores andan esquizofrénicos porque están con Hitler y con el Estado de Israel, que es algo que te puedes permitir solo cuando tus votantes no miran mucho los detalles"

Los liberales nunca vieron a las mujeres y argumentaban que como cuando decían que "no" en realidad decían que "sí", no tenían criterio para decir si o no a los gobernantes. Como no eran ciudadanas, no se las veía ni como ciudadanas ni como sujetos de ningún derecho. Cuando reproducían o cuidaban solo hacían lo que habían hecho toda la vida. No veían a las mujeres, pero cuando algunas empezaron a reclamar los mismos derechos que los hombres, empezaron a verlas para llamarlas feminazis.

Los nazis no veían a los judíos y por eso les mandaron a morir por millones a las cámaras de gas. Llamar feminazis a las mujeres es obviamente un exceso. Pero los conservadores andan esquizofrénicos porque están con Hitler y con el Estado de Israel, que es algo que te puedes permitir solo cuando tus votantes no miran mucho los detalles.

Los miembros de la dictadura militar argentina no veían muchachos y muchachas con ganas de justicia, sino subversivos y tiraron a decenas de miles desde aviones, sedados, para que el mar o el río de la plata se llevara sus vidas. Los blancos del apartheid sudafricano no veían a los negros y a los niños de los negros les veían como monitos simpáticos. Los conservadores encarcelaron a Mandela y le llamaron terrorista, y luego, cuando pensaban que ya era inofensivo, le elogiaron y fueron a su funeral.

"Quieren ser invisibles al Estado y por eso se ponen la bandera como se pone Superman la capa, para volar por encima de los demás y esparcir sus barbaridades"

Los señoritos en Andalucía, en Extremadura o en Castilla nunca han visto a los jornaleros ni a sus arrendatarios, igual que la patronal catalana no veía seres humanos y mandó pistoleros para acabar con los sindicatos a comienzos del siglo pasado. Por lo mismo Franco quiso alargar la guerra para matar a media España. Porque no la veía y, sobre todo, no quería verla más. La derecha catalana no veía a los charnegos y los alemanes no veían a los españoles que emigraron en los sesenta.

La derecha española no ve a una señora que rebusca en un cubo de basura mientras golpean sus cacerolas contra el gobierno de izquierdas diciendo libertad, libertad, libertad. La derecha solo entiende la libertad como algo suyo, donde ningún gobierno le diga lo que tiene que hacer. La derecha, que no ve a los que están por debajo de ellos, no consiente que nadie le quite "su" libertad, ni "su" dinero para los impuestos, ni "su" impunidad. La derecha roba, monta chiringuitos, falsifica firmas, recibe sobresueldos, les regalan los estudios... Porque las reglas no son para ellos.

Saben que hacen falta normas para los demás, pero ellos quieren sortearlas. Quieren ser invisibles al Estado y por eso se ponen la bandera como se pone Superman la capa, para volar por encima de los demás y esparcir sus barbaridades.

No ven al guardia civil que les detiene por corruptos en los cientos de casos de corrupción en donde está la derecha ni ven al policía cuando les dice que se pongan la mascarilla, guarden la distancia de seguridad o les enseñe la documentación. Ven al Guardia civil o al policía cuando gobiernan y les mandan a reprimir una concentración o una huelga. Ahí están orgullosos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Cuando les gritan ¡A por ellos! Pero eso de que los ricos paguen más impuestos para que los policías y guardias civiles tengan más recursos, eso ya no.

Por eso no les ven cuando tienen que subirles el sueldo o dotarles de medios o permitir que se sindiquen. Pero gritan ¡Viva la policía cuando ven en Washington cómo un demente asesina a un ciudadano negro con la rodilla en el cuello durante siete minutos! Y hay policías que creen que por votar a VOX o al PP aquí van a poder hacer lo mismo. Ojalá esa gente sean minoría, porque lo que necesitamos para después de la pandemia es mucho sentido común.

La derecha cerró revistas vascas porque citaba a personas en sus páginas. Los medios de la derecha publican la dirección de Ábalos o de Pablo Iglesias y no entienden que están haciendo lo mismo que esos a los que tanto despreciaban. Porque la derecha solo ve cuando se lo hacen, no cuando lo hace.

"El diario ABC, junto con, cuando menos, un descuido de ETB, puede publicar un off the record, que es un momento relajado donde vas preparando la entrevista, para tergiversar una información"

La derecha viene de lejos, siempre se ve como una elite y grita libertad porque no entiende otra libertad que la de sus privilegios. Grita libertad y no ve a una anciana que mira en un cubo de basura a ver si encuentra la cena. No podría ser su madre ni su abuela, igual que cuando prostituyen a una mujer no podría ser su esposa, su hija, su hermana o su madre. Ni cuando matan a un negro tiene que ver con ellos, ni cuando les disparan en el Tarajal.

La derecha, en su lucha contra los que quieren acabar con sus privilegios, no ve las reglas mínimas. Los periodistas de la derecha se han convertido en hooligans que hablan por los partidos en la Plaza de Colón, acosan a los políticos del gobierno, organizan concentraciones, difunden bulos o desean la cárcel a las redes a los miembros del Gobierno. El diario ABC, junto con, cuando menos, un descuido de ETB, puede publicar un off the record, que es un momento relajado donde vas preparando la entrevista, para tergiversar una información. No se dice nada que no se hubiera dicho ya en marzo pasado por parte de las organizaciones feministas -que fue menos gente al 8M por mierdo al contagio-. Pero les da lo mismo. El periodismo que les interesa es el que puede hacer daño, no el que presenta hecho. Porque el periodismo que ven los conservadores es, exclusivamente, el que les beneficia.

Los derechos que hemos ganado, si no los renovamos, los perdemos. Porque la derecha solo nos ve cuando nos pone en un torno, en una caja registradora, en un volante, en una barra, en una cocina o en un cuarto de escobas. O, en España, ahora otra vez, en una diana.