Las carga el diablo

El día en que Francisco Granados estuvo en "La Tuerka"

 

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Era 13 y lunes. De enero de este mismo año 2014 que tanto está dando de sí. Llegó puntual a maquillaje y me lo presentó Sarah Bienzobas, por entonces productora de "La Tuerka" y, a día de hoy, una de las portavoces de "Podemos".

Gomina. Mucha. Vestía Granados traje gris, camisa azul, corbata oscura con lunares y una pulsera de cuerda con muchos nudos, verde fosforescente. Nos saludamos y me tocó sentarme frente a él en la mesa de debate. Aquel día Rajoy había viajado a Estados Unidos y Granados defendió con uñas y dientes la pertinencia del viaje.

El moderador era Pablo Iglesias. Pablo Iglesias cuatro meses antes de convertirse en Pablo Iglesias. Como Granados manifestó ganas de bronca desde el minuto uno y no paraba de interrumpirnos a los contertulios Iglesias se vio obligado a reconvenirle:

- Francisco, tengo que aclarar que esto no es la marimorena, esto es "La Tuerka". Aquí se respetan los turnos de palabra. Puede intervenir todo el mundo, pero evitamos montar ciscos.

A Andrea Benites-Dumont, tertuliana habitual, aquellos modos la enervaban:

- Esto no es "Sálvame", se quejaba mientras reivindicaba la importancia de escucharse los unos a los otros
- ¿Por qué me catequizas? -le espetó Granados.

La tomó, el por entonces todavía senador del PP, sobre todo con Noelia Martínez, concejala del PSOE en el ayuntamiento de Madrid, a quien, a pesar de las advertencias, interrumpía y vituperaba una y otra vez sin compasión.

En aquella memorable tertulia estaban también Rubén Herrero e Iñigo Errejón, cuatro meses antes de convertirse en Iñigo Errejón, quien no perdía ocasión de arrearle estopa al otrora mandamás en la Comunidad de Madrid. Granados no acababa de salir de su asombro ante la competencia de Errejón y la solidez de sus argumentos. Así que, sin poder contenerse, aprovechó un momento en el que Iglesias dio paso a un video de dos minutos y se lanzó:

- Oye, Errejón y tú ¿cuántos años tienes?
- Treinta, contestó Iñigo
- Coño, si es que pareces un chaval de diecinueve

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Nueve meses después, solo nueve meses después, Errejón se ha convertido en uno de los valores emergentes con más protagonismo en el momento político actual y Granados duerme en la cárcel. Por presunto corrupto. Pero no un corrupto cualquiera, sino cabecilla de una trama que se ha llevado por delante a varias decenas de personas en todo el país, incluidos unos cuantos alcaldes y hasta un presidente de Diputación.

Visto lo visto, no puedo entender a qué puñetas fue Granados a la tertulia de "La Tuerka" para hablar de Gamonal, la política de pensiones del PP, la desprotección en Bélgica de los jóvenes españoles sin trabajo o el encuentro de Obama con Rajoy, que ese era el orden del día. Me cuesta entender por qué se dedicaba a pasear su palmito de plató en plató. ¿A qué aspiraba? ¿Que pretendía con ello? ¿Cuál era su objetivo?

Ahora que leo que parte de sus tratos los llevaba a cabo entre timbas de póker con billetes de 500 euros, quizás me empiezan a cuadrar algunas cosas. Porque solo desde el placer que un jugador de casino encuentra en el riesgo puedo entender muchas de sus intervenciones en según qué saraos televisivos hasta que en febrero le trincaron la primera cuenta en Suiza y desapareció de la escena mediática.

¿Sería un ludópata del equilibrio a quien le gustaba moverse en el filo de la navaja, un amante de riesgos como caminar por el alambre sin red tomándole el pelo a medio mundo a ver si te pillan? La verdad es que, pensándolo bien, para los amantes de las emociones fuertes el asunto debe tener un morbo que te cagas. La vida resuelta gracias a lo trincado, pero desafiando al destino para no aburrirse. ¿Me pillarán, no me pillarán?

Puede que a Granados le apeteciera sentir ese morbo añadido, porque si no, no me lo explico. En ocasiones llegaron a preguntarle directamente si tenía cuentas en Suiza y lo negó sin mover una pestaña. Sin duda debían divertirle estas situaciones porque además se permitía despotricar contra los corruptos sin que nadie se coscara del descomunal pollo que tenía montado con comisiones sistemáticas en clave mafiosa. El valor añadido del suspense. Excitación pura ¿Me pillarán? ¿No me pillarán?

Pues lo han pillado. Si lo que le gustaba eran las emociones fuertes, la de este 31 de octubre no hay duda que lo ha sido: prisión incondicional sin fianza. Mucho han cambiado las cosas desde aquella tertulia en "La Tuerka" del pasado 13 de enero.

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