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Tecnología 3D para enseñar a caminar a embarazadas

Hace ocho años, la antropóloga de la Universidad de Harvard,  Katherine Whitcome, publicaba un artículo en la revista Nature revelando cómo la maternidad se había encargado de hacer evolucionar el cuerpo de la mujer de un modo muy distinto al del hombre. Esto explicaría, por ejemplo,  por qué la parte inferior de la columna de la mujer es significativamente más flexible que la del hombre, pues cuando se encuentra embaraza ha de aliviar la presión que soporta su espalda.

Ahora, investigadores de Hiroshima han apuesto la última tecnología al servicio de las mujeres, cuyos cuerpos sufren importantes alteraciones durante y tras un embarazo. El objetivo es establecer pautas de caminar y favorecer un entorno más seguro, con técnicas de movilidad que se ajusten a la nueva situación por la que atraviesa su cuerpo.

No es para menos; a fin de cuentas, el investigador sostiene que una de cada cuatro lesiones de embarazadas se produce por caída. La merma en movilidad en los últimos meses de embarazo incrementa los riesgos de caída, equiparándolos a los de una mujer de 70 años aproximadamente.

Mediante la utilización de sistemas de cámaras infrarrojas y 3D, los expertos liderados por Yasugo Sunaga han estudiado en laboratorio los movimientos de ocho mujeres embarazadas en diferentes momentos de la gestación: 18, 25 y 33 semanas. Este estudio de biomecánica ha confrontado todos los resultados obtenidos con los de otras siete mujeres que nunca han estado embarazadas.

No se trataba de pruebas complejas sino de movimientos cotidianos, como caminar o levantarse de un sillón, que iban siendo monitorizados a través de diversos sensores colocados en distintas partes del cuerpo y las grabaciones que posteriormente eran analizadas al detalle, ayudando a la generación de modelos virtuales de lo que sería una embarazada media. Precisamente gracias a estos modelos virtuales los expertos pueden probar diferentes técnicas sin poner en riesgo a nadie.

En esta elaboración de pautas, cabe la pregunta de si los riesgos de caída se deben únicamente a la pérdida de agilidad? Y la repsuesta es no, también es consecuencia de otros factores determinantes, como la modificación del centro de gravedad, que se desplaza hacia adelante en el caso de las mujeres preñadas. Este es el motivo por el que cuando caminan han de echarse para atrás, por una mera cuestión de equilibrio. A este factor hay que añadir, además, el hecho de que la amplitud de movimientos de las piernas también se reduce y, así, se genera una mayor inestabilidad.

¿Qué fenómeno se produce con este reequilibrio? Pues una sobrecarga en la punta de los pies y en los tobillos y un más que probable dolor de espalda como consecuencia de distribuir todo el peso fundamentalmente sobre las caderas, las rodillas y los maltrechos tobillos. Gracias a la investigación del equipo de Sunaga, que será publicada durante el mes de julio en la revista Applied Ergonomics, es posible que el día a día de muchas embarazas experimente una notable mejoría.

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