La preguntadora

¿A quién quieres más: a papá o a mamá?

Marta Nebot

 

Siempre he creído que las primarias son cosa buena –cuando se respeta su resultado- porque dan un soplo democrático a los anquilosados aparatos de los partidos. Sin embargo, esta vez, no lo tengo tan claro. La dicotomía que plantean Rubalcaba y Chacón a sus militantes se parece a la irresoluble ¿a quién quieres más: a papá o a mamá?
Cierto es que Rubalcaba tiene un proyecto bien armado, como no para de repetir su equipo -que parece tener el don de la ubicuidad en los medios-, a través de toda una campaña electoral nacional y que es un líder sólido con capacidad de mando y de explicar pedagógicamente su plan. Pero es que Chacón, también tiene su carisma, se explica divinamente y eso que plantea de menos asuntos territoriales y, además, menos autocracia dentro del partido, o sea, menos aparato, es muy tentador; sobre todo, cuando la alternativa huele a vieja guardia con garbanzos negros a los que, de manera inexplicable, se les devuelven favores, con altos cargos, llegado el momento.
Gane quien gane, la sensación del votante va a ser de que está perdiendo. Dicen los psicólogos que lo peor para los hijos es que el padre y la madre les den mensajes opuestos, provocándoles la pérdida de la autoestima por la indecisión irreversible que les inoculan cuando su cerebro se está formando. Menos mal que los militantes del PSOE son mayorcitos, tienen mucha mili y criterio. Y, menos mal también, que ya queda poco para que los egos que aparecen cuando el poder está en juego vuelvan a sus cuevas y el PSOE se ponga a hacer oposición.

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