Malpensando

Llamamiento al pecado

"Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida." Así reza, con perdón, la publicidad que la Unión de Ateos y Librepensadores ha colocado en dos autobuses de Barcelona, versionando una campaña británica de idéntico eslogan. Algunos católicos se han sentido ofendidos. Yo, sin serlo, también. Me ofende el adverbio. ¿Probablemente? Podría aceptarlo si la responsable de la campaña fuese la Unión de Agnósticos, pero no es el caso.

Mucho me temo que tan desafortunada elección léxica (la campaña inglesa incluye asimismo un probably), es un síntoma más de esta asfixiante corrección política que nos entretiene con paradojas tales como que una agrupación declaradamente atea admita, de forma implícita, la posible existencia de Dios. Precaución ésta que resulta totalmente inútil porque los ofensibles, por supuesto, acaban ofendiéndose igual.

La naturaleza indemostrable de Dios nunca ha impedido que los creyentes proclamen, convencidos, su existencia. Lo lógico y exigible, por tanto, es que los ateos nos expresemos con igual rotundidad. Pero el uso de semejante adverbio no logra sino desacreditar a los ateos convencidos introduciendo una duda razonable. Desde un punto de vista científico, dirán algunos, toda proposición es válida hasta que se demuestre lo contrario, pero ocurre que Dios no es un fenómeno científico; Dios es fe. Y la ausencia de fe, por más correcto que uno pretenda ser, elimina a Dios (y al demonio) del campo de lo probably.

Dios nos dio libre albedrío, entre otras cosas, para decorar libremente nuestros autobuses. Así pues, que lo que Dios nos ha dado no nos lo arrebate la corrección política. Para la próxima campaña, propongo: "No hay Dios. Que usted lo peque bien."

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