Malpensando

M de Madrid

Ya es mala suerte. El Gobierno presentando unas cifras deprimentes, sueño húmedo de la oposición, y va esta maldita prensa libre y destapa un escándalo escandalosísimo en la Comunidad de Madrid. La derecha, que no cree en azares porque ellos son más de fe, dice que esto es un plan orquestado por los comunistas para acabar con su reputación de gente seria. Pretenden convencernos de que todos los periódicos alucinan portadas de conveniencia, como cuando aquél se empeñó en buscar coranes bajo la almohada de Otegi. Lamentablemente (para ellos) esto es periodismo vérité.

Y si el thriller que se han montado los neocons madrileños ya clama al cielo, más clama aún la penosa gestión de la crisis. Mientras unos culpan a Rubalcaba y otros a la mala fe roja, la Lideresa, ni corta ni perezosa, se marca un Felipe González y se entera por los papeles. Y Rajoy, sin hueco ya en las barbas para que suba nadie más, ve cómo la gaviota no le despega por exceso de lastre en el ala derecha.

En las próximas semanas, me consta, más de uno va a necesitar una garganta profunda para tragar dosis ingentes de basura, una cucharadita cada día, porque el folletín por entregas suma y sigue, cual masónica promoción por cupones. A este paso, necesitaremos unas tapas para encuadernarlo cómodamente, con su correspondiente dramatis personae, el quién es quién de la bajeza moral madrileña.

Mientras tanto, los extremo-diestros seguirán manteniendo, sin duda, que todo esto no es más que una cortina de humo. Bien, que lo hagan. Pero una cosa es segura: ese humo está alimentado por varias hectáreas de mentiras en llamas. Y más de uno se va a quemar vivo. A lo mejor, vaya usted a saber, hasta encontramos cenizas del Windsor.

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