Fuego amigo

Doctor, tengo una crisis

Si me cambian constantemente el guión de la asignatura de economía, nunca saldré de mi ignorancia enciclopédica. Porque a la economía le está pasando lo que a la medicina del medievo, que todos los médicos pretendían curar su ignorancia aplicando en el enfermo remedios que jamás habían curado a nadie, como el de las sangrías que dejaban exangüe al pobre paciente.

Recuerdo cuando llevé mi coche al taller por una avería pertinaz. Allí, con el capó abierto, como una mandíbula descomunal, parada delante del dentista de coches, tuvo que soportar a cuatro mecánicos hurgándole las entrañas del motor y discutiendo a un tiempo. Es el relé, es la tapa del delco que ha cogido humedad, son los pistones, es que se ha quedado sin gasolina, el muy bruto. Y así. Desde aquel día supe que, en aquel taller, los males de mi enfermo crónico no tenían remedio. Reunión de pastores, oveja muerta.

Lo que me asombra es que cada mecánico de la economía hable de las bondades de su receta con el aplomo del que acaba de descubrir la vacuna contra el cáncer. Que Islandia esté en quiebra técnica, que los Estados Unidos y parte de Europa, con Gran Bretaña a la cabeza, hayan entrado en recesión, que la tasa de paro lleve camino de multiplicarse por tres en la zona Euro, que Nintendo, Sony, Boeing, AOL, Renault, Toshiba o Starbuck anuncien miles de despidos, que haya habido que "rescatar" a los bancos de medio mundo, todo ello les está bien empleado por desoír los consejos de Soraya Sáenz de Santamaría, futura premio Nobel.

Ella, por mucho que lo quiera ocultar detrás de su sonrisa de marisabidilla, sabe (aunque nadie se explica cómo) quién es el culpable de tanto desastre, que no se esconde precisamente en ranchos tejanos ni en montañas remotas. Por ejemplo, sabe que el plan de Zapatero de inversión pública para crear 800.000 puestos de trabajo es pan para hoy y hambre para mañana. Pero no sabe que Obama acaba de conseguir que el Congreso le apruebe un plan colosal de 816.000 millones de dólares, ¡de los que más de dos tercios están destinados a la obra pública, para promover el empleo!

Como se entere Soraya, pedazo de negro socialdemócrata, te vas a enterar.
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Meditación para hoy:

Todavía es posible soñar. El juez Fernando Andreu, de la Audiencia Nacional, acaba de imputar a un ex ministro de Defensa israelí y a seis militares un delito contra la humanidad, por un ataque en Gaza en julio de 2002, en el que murieron un líder de Hamás y catorce civiles. Por apenas catorce civiles. Sólo hay que esperar a que comiencen las imputaciones en cadena por los asesinatos de cientos de civiles, decenas de ellos niños, en las últimas ofensivas contra Gaza. Ya sé que es como intentar achicar el mar con una bayeta, pero mantiene viva la utopía de que la justicia internacional podrá llegar el día de mañana a todos los rincones donde pretendan esconderse los aprendices de genocidas.

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