Fuego amigo

Que parezca improvisado

Hay que estar preparado para cualquier evento. No vale improvisar. Yo, cada 21 de diciembre, ensayo ante el espejo del cuarto de baño una declaración a la prensa en la que cuento en qué me voy a gastar los millones de euros del gordo de la lotería del día siguiente. Practico gestos displicentes y sonrisas despreocupadas para no parecer ante las cámaras como un pobre rico repentino haciendo el ridículo mareando el cava. O, como decía el otro, hay que ir siempre arreglado y con calzoncillos limpios por si te hacen un homenaje inesperado. El caso es no improvisar jamás.

Los de ETA lo tienen muy bien ensayado. Cuando los detienen gritan desaforadamente "Gora ETA", y hacen el paripé de resistirse a entrar en el coche policial. Alguno se mea por los pantalones, pero es porque no cuenta con las suficientes horas de instrucción. Cada día salen de fábrica con menos rodaje y control de calidad. La comedia se repite luego ante el juez, donde escenifican con detalle las falsas torturas a las que han sido sometidos en comisaría.

A Txeroki, el ex jefe "militar" de la banda, le incautaron una carta en la que reconocía la falsedad de la denuncia de torturas efectuada por Igor Portu tras su detención, uno de los presuntos autores del atentado de la T-4 de Barajas. Pero Portu lo había dramatizado tan bien que resultaba imposible descubrir la impostura.

El Partido Popular y sus aledaños, que tanta afición están demostrando últimamente por los despachos judiciales, ha decidido copiar de mí y de los etarras. La consigna no es Gora ETA, claro, sino "vienen a por el Partido Popular, no a por mí; esto es una conspiración". Es más largo, cierto, pero ya se le ocurrirá un lema más corto al imaginativo gabinete de imagen de Génova 13.

Los de ETA se tapan la cara. Los del PP se fotografían, orgullosos, todos juntos con cara de funeral (ayer, incluso, volvieron a repetir la foto en Valencia). Algún etarra se mea por los pantalones. Alguno del PP ha comprado tantos trajes en Milano, que tiene mudas suficientes para mearse varias veces. Para eso está el dinero, para gastarlo.

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