Fuego amigo

El partido putativo (PP)

Hoy, 19 de Marzo, el calendario festivo cristiano dedica este día a San José, el padre putativo (PP) de Jesús, el que cargó con la paternidad del Mesías ante el mundo, después de la concepción irregular de la virgen María, suceso harto difícil de explicar a sus coetáneos. Cuesta creerlo hoy, así que no quiero ni pensar la cara de coña que les hubiera quedado hace dos mil años a los cotillas de sus vecinos si una buena mañana el carpintero del pueblo les hubiese contado la versión de la paloma que bajó del cielo a fecundar a su esposa virgen, paloma que en realidad no era una paloma sino uno de los tres, y que en realidad, también, era un solo dios que se hacía a sí mismo un hijo. A ver cómo lo cuentas sin que piensen que estás majareta.

En compensación por haber soportado en silencio cuernos tan divinos, creo que es el santo más pluriempleado, patrón de los padres de familia por su condición de padre putativo (PP), patrón de los carpinteros, pues ese era su oficio, y de los ingenieros técnicos industriales, por razones que se me escapan. Pero su labor de patronazgo va más allá, pues Pío XII, un Papa más obsesionado con el comunismo que José María Aznar, le consagró también el 1 de mayo, la tradicional fiesta del mundo obrero, con el fin de contrarrestar con plegarias los ecos de los cantos de la Internacional que tanto herían sus sensibles oídos.

Como ya sabéis, de sus iniciales de padre putativo (PP), o sea al que se le imputa falsamente la paternidad (del verbo latino putare, pensar, juzgar) viene el hipocorístico Pepe de los José. Así que no entiendo cómo Ratzinger, ya puestos, no le toma la mano a Pío XII y convierte a san José también en patrón de su mejor aliado en España, el PP, o sea el partido putativo, "al que se le imputa falsamente ser un partido".

Porque ya somos muchos los que de verdad empezamos a pensar que es un partido putativo desde que prefiere sustituir el Parlamento por la calle y que hace de la actividad parlamentaria una constante discusión de taberna. Un partido virgen, con millones de votantes que sin saberlo ha sido preñado por la extrema derecha que bajó de no sé qué cielo en el que se había escondido. No quiero ni pensar qué hijo saldrá de esta coyunda.

Un partido putativo que además de secuestrar para su provecho electoral conceptos que pertenecen a todos, como la palabra paz, el lazo azul, el himno nacional, o la religión, utiliza la mentira de no se sabe qué imposible venta de Navarra, el mismo día en que todo el mundo sale a la calle para protestar por la guerra de Irak que el PP, ese partido putativo, tanto colaboró a alentar, con sus risas en sede parlamentaria, sin que más de medio millón de muertos les conmueva la millonésima parte de lo que es capaz de movilizarle un terrorista en huelga de hambre.

Mientras millones de personas en el mundo pedían que acabe la ocupación, mientras el fiscal general del Tribunal Penal Internacional dejaba ver que Blair y Bush (¿y quizá Aznar?) podrían ser juzgados algún día como presuntos criminales de guerra, de una guerra que el 90% de los españoles, según las encuestas, desaprobaba en la calle ya desde el primer momento, mientras todo eso sucedía, Rajoy, al frente de la manifestación de Pamplona, convocada por su partido hermano siguiendo la teoría de la manifestación preventiva, descubría que "el gobierno hace oídos sordos a la voz de la calle".

Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver. Cuando el león de las Azores, el hombrecillo insufrible, apoyó la guerra en contra del parecer de ese 90% de la población española, una guerra de unas consecuencias aterradoras en número de muertos civiles, que ha laminado el delicadísimo equilibrio de fuerzas en la zona, que ha servido de detonante de la mayor matanza terrorista en suelo español, que partió del análisis geopolítico más chapucero de la Historia de la estrategia, tras la cual habrían de "sobrevenir incontables beneficios" según sus finos analistas, cuando aquel gobierno del partido putativo, digo, "hacía oídos sordos a la voz de la calle", ¿qué razones supremas tenía para llevarnos la contraria? ¿Es que la calle que hoy patean envueltos en sus banderas es su calle, como en tiempos de Fraga, el ministro del dictador, y la nuestra era tan sólo lo que se llama la puta calle a la que no es necesario oír?

Por cierto, dejando a un lado el pequeño detalle de que la manifestación de Pamplona era para protestar por algo inexistente, debo decir que estoy nuevamente con Rajoy cuando califica estas concentraciones de bonitas y cívicas, mientras de fondo volvíamos a escuchar a las damas recién salidas de misa: "Aquí estamos otra vez, Zapatero jodeté". Más bonitas y más cívicas que la madre que lo parió, sin la menor duda.

Pues eso. Feliz día del padre, de los carpinteros y de los ingenieros técnicos industriales, y si es necesario, de los protésicos dentales. Y ya puestos, de Génova 13 rue del Percebe, la sede del Partido Putativo "al que se le imputa falsamente ser un partido".

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