Fuego amigo

Unas jornadas sobre el surrealismo

En el Partido Popular no están preocupados por los brotes de corrupción detectados en sus filas. Recordemos que cuantos más presuntos corruptos de la derecha van desfilando ante el juez mayor es la movilización de sus seguidores en torno a los chorizos. Hasta les montan mítines y festejos a la puerta de los juzgados, como quien espera la llegada de la selección nacional de fútbol.

Según las encuestas de opinión, entre el votante de la derecha hay una suerte de fascinación por los corruptos, quizá porque piensan que el dinero público no tiene nada que ver con el dinero del público.

El alcalde de Getafe, Pedro Castro, se preguntaba "por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha". La pregunta, evidentemente, estaba mal planteada, porque a la derecha no le votan los tontos de los cojones. Son más listos que el hambre. Así sabemos de pueblos enteros, beneficiarios de la red de corrupción municipal, que no terminan de creer que sus ediles sean unos chorizos, mientras contemplan con estupor cómo sus líderes se pierden, esposados, en el interior de los furgones policiales. Tienen asumido que cuando la izquierda roba, se lo lleva para casa, pero que el ladrón de la derecha en realidad lo que hace es crear riqueza, porque hasta el botín lo gestiona mejor.

Luego está la gente inclasificable de la derecha que milita en el PSOE, cuya tontuna es completamente estéril. Como ocurre con José Bono, presidente del Congreso, y Francisco Vázquez, embajador meapilas en el Vaticano. Ambos, sin que se sepa qué se llevan por ello, aparte de un par de hostias, pues seguro que no lo hacen por dinero, van a participar en la particular campaña de las europeas de Monse Rouco Varela, en compañía de Aznar, en unas jornadas sobre "Ética y futuro de la democracia". ¡Dos destacados miembros del PSOE en apoyo de la ética de Rouco y Aznar! Surrealismo puro.

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Meditación para hoy:

Por las filas del PP circula soterradamente el miedo a que la economía comience a remontar en menos de dos años, antes de que el país empiece a calentar los motores de la próxima campaña electoral. Antes de que a Mariano Rajoy (si para entonces es todavía candidato) le dé tiempo a presentarse como el salvador, el poseedor de la fórmula mágica secreta para adelgazar las filas del paro.

Por ello no pueden dejar pasar la menor oportunidad, y todo vale para hacer oposición. La hicieron con el 11-M, con las víctimas del terrorismo y con la cacería sin licencia de un ministro. Lo último ha sido pedir la dimisión de la ministra de Defensa por la visita de los niños de un colegio a un cuartel en el que había una docena de militares enfermos de gripe A. Vapordiós, ¿en qué estaría pensando esta ministra? ¿Es que la izquierda pretende matar a golpe de gripe a los pocos niños que consiguieron escapar con vida a sus abortos?

Menos mal que los niños del colegio están sanos, porque, a la primera tos, Mariano es capaz de montarle a Zapatero una moción de censura. Porque algo habrá que hacer ante una mala gestión tan coloxal, ¿no?

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