Fuego amigo

Ni se le ocurra volver a llamarme sindicalista

Moratinos se la está jugando. Primero va Gibraltar a una reunión con los pérfidos usurpadores de aquel pedazo de trozo de cacho de roca, amenaza permanente, como bien sabemos, a la integridad patria, algo intolerable para los ultra nacionalistas españoles, y ahora se larga a Venezuela, que en el imaginario del encefalograma plano de nuestra derecha es poco menos que el foco revolucionario que está extendiendo el comunismo por América Latina. Intolerable, vamos. Así que Moratinos empieza a ser un vendepatrias en el diccionario Facha-Español Español-Facha, de venta en la librería de Génova 13.

Los rojos, como sois unos incultos por naturaleza, os pensáis que todo está en el diccionario de la RAE. "Vendepatrias" no se encuentra en el diccionario oficial, en cambio en el Facha-Español se especifica que se trata de "persona de izquierdas que traiciona a la patria por unas monedas o, lo que es peor, por odio a la nación española".

Para empezar, rojo, que sí viene en el DRAE, en su cuarta acepción no es otra cosa que "en política, radical, revolucionario". Lo que demuestra que ninguna de sus señorías fue rojo en su puta vida y que escriben de oído, porque en su definición entrarían de lleno los radicales Díaz Ferrán, Benedicto XVI, Rouco o Jiménez Losantos, por poner algún ejemplo de gente de izquierdas de toda la vida.

El que sólo conozca el diccionario oficial se pierde que "sindicalista", o "progresista" (progre, en su acepción abreviada) son insultos terribles en el diccionario Facha -Español. Cuando una de sus más preclaras académicas, Esperanza Aguirre, le llamó sindicalista a ZP, comprendí que el Diccionario de la Real Academia ya no es Real. Ni diccionario, apenas.
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Meditación para varios días:

Bueno, por fin Mariano consiguió, tras la reunión de ayer en el Comité Ejecutivo, que Bárcenas dimitiera de su cargo de tesorero. Ha presentado una rara versión de la dimisión, la dimisión temporal o transitoria, "hasta que quede acreditada su inocencia ante las instancias judiciales". Largo me lo fiáis. Dimite, al parecer "por lealtad al Partido Popular"

Él pensará que así han quedado despejadas todas las dudas. Pero ahora es cuando se afianzan.

¿Por qué no dimitió antes, como por ejemplo, el mismo día en que fue imputado por el Tribunal Supremo?

¿Por qué permitió que se extendiera la sospecha de que sabía demasiados asuntos comprometedores de Rajoy y Esperanza Aguirre?

¿Por qué sólo dimite de su cargo en el Partido ("por lealtad") y no dimite de su escaño en el Senado? ¿Es porque tal vez el Senado, la Cámara Alta de nuestro sistema democrático, no merece su "lealtad"?

¿Será verdad, como acaba de decir Anasagasti, actual presidente de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, que Bárcenas ocupaba su escaño de senador, "no para trabajar (pues no iba nunca), sino para tener la posibilidad de estar aforado", por la que le pudiera caer en el futuro?

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