Fuego amigo

Hoy toca examen de indignación

Cuando ETA ataca de nuevo, siento que van a volver a examinarme. Primero, los terroristas. Ellos se pasan el día delante del televisor, más que refocilándose en los destrozos (por fortuna sólo provocaron heridos leves), cavilando sobre las palabras que utilizará el enemigo para condenar la acción. Ya no quedan adjetivos, así que a ver cómo se las arreglan los invasores españoles para parecer originales. "¡Osti, Peio, les tenemos cogido el diccionario por los huevos!".

Del otro examen se encarga la derecha, que, como bien sabéis, cuenta con aparatos sofisticados para medir todo lo que se menee, los manifestantes, el seguimiento de las huelgas generales con vocadas por Ce Ce O O, la temperatura de nuestra moral católica, la dosis de patriotismo en sangre, y sobre todo, un aparato sumamente ingenioso: el indignómetro, que sirve para medir el grado de indignación aplicado por la izquierda ante los ataques terroristas. Si hay niños y mujeres entre las víctimas, el indignómetro se calibra hasta una altura tan imposible de alcanzar que siempre parecerás un pro etarra, por mucho que te esfuerces.

Ayer todos nos indignamos al conocer la noticia, pero siempre queda la duda de si lo hemos hecho con la dosis suficiente para satisfacer al dueño del indignómetro. Mayor Oreja es uno de los que no se fía, sabe que las lágrimas de la izquierda son de cocodrilo: "ETA ha atentado para decir que quiere volver a negociar".

Yo también desconfío de si podré pasar el examen, porque cuando denuncio los desmanes de la Iglesia Católica, los dueños del indignómetro me preguntan por qué no hago lo mismo con el Islam. Si hablo del caso Gürtel, me preguntan por Roldán. Y a pesar de todo voy a probar. ETA: sois una mafia de asesinos.

Dicho lo cual, espero que podamos seguir hablando de otros asuntos en los días sucesivos.
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Meditación para hoy:

Los jefes de los espías de la Comunidad de Madrid eran (presuntamente) tres ex guardias civiles que trabajaban para Esperanza Aguirre y su entorno. A Bárcenas, otros espías le cantan con 24 horas de antelación, que el Supremo va a solicitar al Parlamento el suplicatorio para procesarle. Pero al PP sólo le obsesionan los espías que andan contando a la prensa los entresijos del sumario de su trama de corrupción. El novelón que hubiera hecho Vázquez Montalbán con muchos menos mimbres.

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