Fuego amigo

Alguien está escribiendo ya el guión

De los grandes crímenes, de los grandes robos, al final siempre queda una película. Mal que les pese a los autores, el cine acaba tomándose por la mano irremediablemente su particular justicia, esa justicia que a veces no procuran los jueces, y mantiene viva para siempre en las filmotecas las historias que la Historia se empeña en decolorar. El crimen de Cuenca, los crímenes de guerra nazis, el robo del siglo...

No sé quién ni dónde está escribiendo ya el esbozo del guión sobre la trama Gürtel, esperando todavía, quizá, a que los señores jueces acaben de dar a luz los más de 30.000 folios que restan de la causa. Por ahora, las entregas parciales del guión apenas dan para alimentar capítulos sueltos de una serie de televisión, como un culebrón, no solo por la cadencia exacta de las entregas, sino por las vidas exageradas de los protagonistas.

Desde hace tiempo intento imaginar la escena del Hotel Ritz, con un Camps pasando las pruebas de sastrería de los trajes cuyas facturas jamás aparecieron, pagados, según él, con la caja B de la farmacia de su mujer, esa farmacia de la que es más fácil obtener dinero que anticonceptivos. Y al sastre José Tomás, con más valor para ponerse ante el toro de la política que el torero José Tomás ante los cuernos, recibiendo de rodillas al President, para tomarle las medidas precisas de la entrepierna, no vaya a ser que luego no le quepan holgadamente esos huevos que me tiene, más grandes que los del caballo de Espartero.

Y cuando ya creía tener bien esbozada la escena cumbre, con botones que entran y salen de la habitación portando tentempiés para acompañar el té de las cinco, amigos que llaman solícitos por teléfono para comunicarle que le quieren un huevo, uno de esos huevos que ahora están justo a la altura de la nariz de José Tomás, aparece una nueva entrega, con el alcalde de Boadilla ahora como protagonista, repartiéndose en una mesa el dinero de sus cohechos con el actual Director General de Deportes de la Junta de Castilla y León, Miguel Ignacio González Sánchez, compañero más que amigo del PP.

Y vuelta a empezar. La escena al parecer fue grabada por el propio Correa para extorsionar a los Presuntos, y asegurarse así futuros encargos. No he visto la filmación, pero daría un huevo de Camps, que le sobran, por asistir a un pase privado. Los dos jugadores, con montoncitos de billetes de 500 euros, como un pequeño Manhattan de dinero, como cartas de una inmensa baraja, repartiéndose juego, haciendo ruiditos para sorber la baba que les baja por la comisura de los labios, con los ojos reventando de sus cuencas, vigilándose el uno al otro porque ambos saben que las trampas conforman su naturaleza, como bien saben los escorpiones.

Pero bueno, que no desespere el guionista, se encuentre donde se encuentre. Que comience ya con lo que tiene, que hay mucha tarea por delante. Que hay material para toda una saga: la Gürtel Millennium.

Más Noticias