Fuego amigo

Las embarazadas son un estorbo

Es necesaria una reforma del mercado de trabajo. Todos los agentes económicos (¡vaya palabreja!) estarían dispuestos a estampar su firma bajo esta declaración de principios. El "agente" trabajador lo tiene muy claro: sustituir a los jefes incompetentes por mejores gestores, condiciones de trabajo seguras, conciliación de horarios con la vida familiar, sueldos dignos...

Los "agentes" del capital lo tienen todavía más claro: despido libre, como las gaviotas, sueldos de subsistencia para sus empleados, ampliación de horarios, considerar el embarazo como causa de despido...

Creíamos haber visto de todo con el caso del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, exigiendo urgentemente la reforma del mercado laboral, él que pasa por ser un modelo de buen gestor, con varias de sus empresas en bancarrota, y con el adeudo de cinco mensualidades atrasadas a cientos de sus trabajadores, además de un agujero insondable con la Seguridad Social. Los trabajadores ven en él a un incompetente "coloxal", por utilizar un término mariano, y se preguntan, como en la canción, por qué está de jefe.

Creíamos, digo, haber visto de todo, hasta que llegó ETA, la empresa de asesinatos y extorsiones a domicilio, exigiendo también su reforma laboral. Hay que ponerse al día, se dijeron en la dirección. Nada de embarazadas en sus filas, por su baja productividad y por los problemas de sustitución que acarrean.

Eso, quizá, no lo han aprendido de Díaz Ferrán, sino de sus curas fundadores, que bien sabían que los hijos (los propios) y la familia son una rémora para el oficio de asustar, rebajan la productividad y distraen mucho tiempo y esfuerzo del apostolado.

Para que luego digan que es fácil la vida del delincuente.

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Meditación para hoy:

¿Diríais que es vomitiva?

En Madrid, la capital de las manifestaciones, de las cacas de perro y de los escupitajos verdes en las aceras, si te encuentras con un compañero de partido, cámbiate de acera. Mariano Rajoy ni se atreve a salir a la calle, no tanto por miedo a una manifestación (que son suyas) como por temor a un resbalón en una caca de gaviota o en los salivazos de sus correligionarios.

Su antagonista, Esperanza Aguirre, cada día está más impaciente por ocupar todos los resortes del poder. Sobre todo, Caja Madrid, a la que no le importaría asaltar, para implantar allí, quizá, el espíritu Gürtel. Tal es su ambición que se ha propuesto cortar el camino hacia la presidencia de la Caja al mismísimo Rodrigo Rato, un posible tapado en la carrera por la sustitución de un políticamente moribundo Mariano Rajoy.

Ruiz Gallardón, por boca de su segundo, Manuel Cobo, ni disimula. Ni queridíssssima, ni amiga. Vomitiva, sin más. Una prueba de fuego más para el liderazgo planetario de Mariano. Qué cruz, dios suyo.

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