Fuego amigo

Tertulianos divinos de la muerte

Los líderes gozan de un don que sólo comparten con los tertulianos de la radio y la televisión: la gracia de poseer una opinión magistral sobre cualquier cuestión que se debata. En el caso de nuestro hombrecillo insufrible, un día como historiador descubre que Al Qaeda es contemporáneo de los Reyes Católicos, otro día, como estratega, invade Irak porque nos traerá "beneficios infinitos", y otro día, como premio Nobel de economía en ciernes, nos ilumina con la única receta que salvará al mundo de la crisis económica.

El Papa, otro de esos supertertulianos, como es vicediós, cuando se dirige a un congreso de astrofísicos les prohíbe investigar sobre el primer minuto de la Creación, pues ese es territorio reservado a su Dios. El vicario del dios que ha provocado el mayor número de guerras a lo largo de la Historia, predica a diario el amor y la paz desde su púlpito dorado.

Hace unos días reunió en la Capilla Sixtina a cientos de representantes del mundo del arte y la cultura. Allí estaba Santiago Calatrava, nuestro más famoso constructor de puentes, ante el representante de un dios que apartaba a lo bestia las aguas del Mar Rojo para que pasaran Moisés y los suyos, un dios que caminaba por las aguas sin necesidad de los puentes de diseño de Calatrava.

Este supertertuliano vicediós, además de gozar de un extraño sentido de la pobreza y la moral, ponía en guardia a los artistas reunidos en Roma sobre la falsa belleza en el arte: "la seductora pero hipócrita belleza". Este tipo de tertulianos ejerce su liderazgo con tanta autoridad que sus seguidores pueden pasarse a continuación las horas muertas mirándose al espejo a ver si descubren en su rostro el pecado, esa seductora pero hipócrita belleza de la que tanto sabe el Benedicto.

Yo, sin ir más lejos, ya les he pedido a los de Público que consideren la posibilidad de cambiarme la foto del blog, porque pensándolo bien percibo en mi mirada fascinante, en la morbidez de mis labios, en ese porte elegante y ese pelo de vendedor de seguros, un no sé qué de belleza seductora y más turbadora que turbadora.

Y luego hay otro supertertuliano, llamado Mariano, presidente del partido más corrupto que conocieron los siglos, que ha pedido "tolerancia cero" contra la corrupción. Con un par y sin despeinarse.

¿Os imagináis qué disparate de tertulia harían entre los tres?

Más Noticias