Fuego amigo

La fe mueve montañas y ejércitos

No es un juicio por Irak, pero le hemos visto sentado en el banco (la pequeña delincuencia se sienta en el banquillo, mientras los grandes delincuentes lo hacen en el banco... y demás instituciones de crédito) respondiendo a duras penas ante una Comisión de Investigación parlamentaria sobre las razones que llevaron a su gobierno a secundar la guerra de Irak.

Tony Blair respondió, en esencia, ante la comisión lo que el resto de los promotores reunidos en las Azores: que creía a pies juntillas que el régimen de Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva.

Creía. O sea, tenía fe. Como Aznar. Lo que nos debería llevar a una reflexión seria sobre la salud mental de los poderosos. El santo marqués Escrivá de Balaguer, admiraba la fe del carbonero, esa fe sencilla que te lleva a soportar una vida de sufrimientos, miseria y silicosis porque la recompensa está en el más allá. Y mira por donde, estoy de acuerdo con el santo, sin que sirva de precedente. El que un carbonero tenga fe es bueno para el que le explota, es la pieza perfecta en el engranaje del sistema capitalista. Lo peligroso es cuando quien tiene el poder de desencadenar una guerra, por ejemplo, se deja llevar por los impulsos de la fe.

Aznar es católico, Blair es un reciente converso (los más peligrosos) y Bush, pobrecillo, cree que su Dios le habla al oído. Miyuki Hatoyama, la primera dama de Japón, aseguraba a la prensa que hace 20 años fue abducida por ovnis y que visitó Venus. Diréis vosotros: una loca más. Pues no. No se trata de una loca más: esta mujer duerme, "con sus armas de mujer", en la misma cama que el primer ministro japonés.

Así que lo de dios con Bush puede ser una bobada comparado con lo que podría suceder si el primer ministro Yukio Hatoyama tuviera fe ciega en esta loca de remate.
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Meditación para hoy (hablando de fe):

Si os preocupa la imagen de la loca de Tokio susurrando al oído a su marido estrategias para invadir Venus, ¿no os parece más inquietante todavía la imagen de esos dos niños inocentes tan cerca del obispo Munilla?

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