Fuego amigo

La murga de Mariano

Hay un sentimiento generalizado de que los socialistas van a perder las próximas elecciones. Cuando todavía está por definir "qué" próximas elecciones, si las generales o las autonómicas y municipales. O todas. El PP tiene prisa porque el concepto de "próximo" es tan inconcreto como el de pizca o ratito.

(A mí, por ejemplo, nunca me salen las recetas, porque mis pizcas de sal o de pimienta parecen no guardar jamás correspondencia alguna con las pizcas de los cocineros; y he dejado de hablar a más de un amigo impuntual, por el tiempo interminable que ellos consideraban como apenas un ratito de espera bajo la lluvia).

Hay instantes eternos y meses que se pasan en un vuelo. Depende del estado de ansiedad. Y el PP de Mariano está enfermo de ansiedad, entre otras dolencias.

Pero hagámonos a la idea. Debo ser sincero con vosotros, aunque os duela: los Reyes Magos son los padres y el PP algún día tendrá que ganar. Os pongáis como os pongáis. Es una desgracia inevitable, como la muerte, como que los hijos crecen y se hacen adolescentes insoportables, acontecimientos ambos que debemos asumir como algo natural. Sólo con este convencimiento podremos hacer llevadera la vida que nos queda.

¡Ah! Pero ser feliz está mal visto entre los creyentes. Su religión les recuerda que este es un valle de lágrimas, y ni la conciencia de una muerte segura les da licencia para ser felices. El que disfrute de la vida tiene medio pie en el Averno.

Ahora que las encuestas le dan ganador por puntos al PP, me temo que esto va a ser la antesala del infierno. Porque ya no basta con que suframos cuatro millones de parados y un déficit público disparado. Lo peor es la murga de Mariano que nos espera hasta las próximas elecciones. Mariano guarda un Plan secreto infalible, y a todas luces inconfesable, como las recetas de Juan Mari Arzak, que sólo nos contará cuando estemos muertos.

Así que, con tanto secretismo, ni a mí ni a Zapatero nos saldrá jamás bien una receta ni un país.

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