Fuego amigo

Hablemos de millones de euros

Ahora que el antiguo director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, está a punto de salir de la cárcel definitivamente e ir al encuentro del amor de su vida, es decir, los millones de euros que robó y que nunca devolvió, conocemos la noticia de que un elemento de la escala más básica de esa Guardia Civil, un matao, un pringao, se dedicaba en sus ratos libres al menudeo del robo, pistola en mano, atracando sucursales bancarias. Poco más de 3.500 euros se llevó el pobre chorizo, pero es posible que por ello le caigan los mismos años de condena que a Roldán, por utilizar el método equivocado: el arma reglamentaria, en vez del arma de la ingeniería contable.

Si a la hora de soñar te conformas con el dinero justito para pagar la hipoteca te está bien empleado que la suerte te sea esquiva, por rácano. En cambio, acabamos de conocer que el director de una sucursal bancaria, un soñador a lo grande, desapareció con un millón de euros de sus clientes y amigos. Sabe que si le pillan, en el peor de los casos habrá realizado una inversión a largo plazo. Cuestión de perspectiva y de paciencia.

El acoso de los encausados en la trama Gürtel contra el juez Garzón no hace más que reproducir la lección aprendida por el PP en el caso Naseiro. Los chorizos dejan que los millones descansen en alguna playa paradisíaca mientras toda una trama político jurídica trabaja para desautorizar las pruebas que les incriminan. En juego están otra vez varios millones de sueños.

Y ahora aparece un ciudadano anónimo que ofrece un millón a quien aporte pistas fiables sobre el rastro de Marta del Castillo. Era lo que faltaba en la sala de subastas del crimen. Espero que los hasta ahora mudos implicados, los únicos que saben de su paradero cierto, se den cuenta del negocio que tienen delante de sus narices. Unos años a la sombra, y el resto de sus vidas al sol, con camarero a pie de playa.

Veremos si la modalidad de crimen con recompensa sigue dando sus frutos.

Más Noticias