Fuego amigo

Inocente, inocente

Hoy, 28 de diciembre, es el día de los Santos Inocentes, en que la tradición cristiana conmemora la supuesta matanza de todos los niños menores de dos años en el pueblo de Belén, hace de esto 2.006 años aproximadamente, por el malvado rey Herodes de Jerusalén. ¿Todos? No, un bebé fue salvado de la matanza gracias a un chivatazo a sus padres por parte del Espíritu Santo, lo que les permitió huir a tiempo de la furia sanguinaria de los soldados del cruel Herodes. Ya por entonces el Espíritu Santo sólo pensaba en salvar su pellejo.

Y todo por culpa de la indiscreción de unos magos que estaban en el secreto y que iban siguiendo a una estrella que habría de dirigirles a donde había nacido el niño dios. Porque anda que no es grande una estrella de navidad, con esa cola de cometa que parece una cohete de Fallas en la noche. Se paró en Belén, y Herodes, que sabía lo que buscaban los magos, receloso de la profecía que avisaba de que allí nacería el rey de los judíos, ordenó la matanza de todos los bebés.

Ya por entonces, la extrema derecha gustaba de las exageraciones a la hora de contar, ya fueran manifestantes en una mani contra los terroristas romanos como el número de víctimas del terrorismo de Herodes. He consultado en la Wikipedia, y he encontrado este párrafo revelador de que la estirpe de Acebes y sus curiosos métodos para contar manifestantes viene de antiguo. Dice la Wikipedia: "Algunos autores especulan que fueron asesinados entre 3.000 y 15.000 bebés. Pero -de acuerdo con el censo ordenado por el gobernador romano Quirino, tal como relatan los Evangelios- el pueblo de Belén no tenía más de 800 habitantes. Así que cada año no habría más de 20 nacimientos, y morían aproximadamente el 50% antes de cumplir los dos años de edad (lo cual era la mortalidad infantil normal hasta hace un par de siglos), así que los asesinados por Herodes deben de haber sido unos diez".

Lo gracioso de todo esto es que de una matanza tan trágica, en la que la ética del Espíritu Santo quedaba por los suelos, surgió una de las tradiciones más divertidas. Es lo que se dice hacer de la necesidad virtud. Era el día institucionalizado para la mentira, para gastar bromas, algunas de muy mal gusto, y hasta algunos diarios, sobre todo en "provincias", preparaban para ese día, en portada, una falsa noticia en la que el departamento de fotografía debía lucirse, en aquella época heroica anterior al Photoshop.

Y lo curioso es que funcionaba. La fantasía del régimen de Franco nos tenía tan acostumbrados a propagar noticias tan increíbles, que infinidad de lectores picaban el día de los Inocentes, pues las inocentadas, como siempre ocurre con la ficción, jamás conseguían superar la realidad. Recuerdo que en La Región de Orense, un año se había caído el puente romano, y otro había aparecido un león suelto por la calle del Paseo, por lo que se pedía prudencia al vecindario. Y todos los inocentes, sobre todo los niños, acudíamos asustados al encuentro con la trágica noticia.

Ya sé que la tradición se ha perdido. Pero yo todavía me asomo este día con cautela a las portadas de los periódicos. Así, si entro en 20minutos.es me tomo con precaución noticias como que "Sánchez Dragó, nuevo presentador del 'Diario de la Noche' en Telemadrid", o que "La Generalitat se rebela contra la tercera hora lectiva en castellano", o que "El príncipe Enrique combatirá en Irak, según dice su novia", o que "Rajoy ve ‘lógico’ que un médico español haya visitado a Fidel Castro". Son tan increíbles que no sé si entre ellas se esconde la broma de mis colegas de este año.

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