Fuego amigo

¿Se cayó del andamio o de un guindo?

Se llama Michael Harris y es inglés. Hasta hace poco hubiera sido para mi madre el marido ideal de una de mis hermanas: joven, amante esposo y fiel, y, sobre todo, muy piadoso, un cristiano devoto que cumplía con todos los preceptos de dios y de la Iglesia. Mi madre era así, los prefería devotos antes que concejales corruptos y ricos recalificadores. Dios la tenga en su inopia.

El caso es que el tal Michael sufrió un mal día un accidente laboral, se cayó del andamio y perdió la fe. Hay quien dice que no fue de un andamio sino de un guindo, porque desde aquel día se aficionó a las putas, dejó de ir a la iglesia y le quedó como secuela una libido indomable que ha destrozado su matrimonio. De santo a demonio por un golpe certero en ese lugar que los curas llaman alma y que los médicos conocen como el lóbulo temporal.

Por lo que más queráis, en estas fechas de amor y paz ¡no dejéis al Papa subirse a las alturas!

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