Fuego amigo

Se llama trastorno de identidad disociativo

Me refería ayer a la jornada vivida en España con la huelga general de los funcionarios públicos, en la que todo el país parecía haber vivido bajo un síndrome extraño, un trastorno de personalidad cuyo nombre desconocía. Gente haciendo una huelga que no deseaba. Sindicatos "de clase" apropiándose con desgana de una huelga promovida por el sindicato "profesional e independiente" de funcionarios, que, tras sentirse utilizado, acusa ahora a UGT y a Comisiones del fracaso de la convocatoria.

Pues bueno, nuestra amiga Rosanna me apunta que a ese problema de convivencia de dos personalidades contradictorias en un mismo cuerpo se le llama trastorno de identidad disociativo, también conocido como trastorno de personalidad múltiple.

No es una esquizofrenia, pero es muy útil en política. Consistiría en una cierta habilidad para separar los propios recuerdos o percepciones, según los momentos y conveniencia. De esta manera sabemos que lo del Partido Popular, nostálgico del franquismo, y su oposición a la Memoria Histórica o a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, no es esquizofrenia, sino un síndrome que lleva el bonito y elegante nombre de trastorno de personalidad múltiple. Demócrata de día, facha de noche.

Así, en el PP los gays se casan con personas del sexo contrario, abortan en Londres, mantienen en los estatutos de otras Comunidades Autónomas párrafos idénticos a los que denuncian como inconstitucionales en el de Cataluña, o defienden en Europa las medidas contra el déficit que condenan para España.

No es que sean unos sinvergüenzas, sino que están malitos, contagiados de la enfermedad nacional.

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