Fuego amigo

Quieren rematar a Saramago

Los cementerios habían sido siempre lugares para enterrar a los muertos hasta que el régimen de Franco utilizó sus tapias para fusilar a los vivos. Las del cementerio de la Almudena de Madrid fueron testigos del asesinato de cerca de tres mil republicanos, cuyos nombres se recordaron en voz alta el domingo pasado para vergüenza de quienes no desean saber nada de la memoria histórica que les incrimina.

En esas tapias acababa el trabajo de la dictadura militar. Desde ese momento tomaba el relevo la sección eclesiástica del régimen, que además de formar parte de los juicios sumarísimos, decidía quién era enterrado en sagrado y quién no. La clerigalla, que prestaba a la dictadura una legitimidad divina que la comunidad internacional le negaba, remataba a los muertos que antes había condenado enviando sus cuerpos a cementerios "civiles", desolados como solares abandonados, para que los buenos cristianos pudiesen fusilarlos todos los días con sus miradas y maldiciones.

Y ahí no terminaba su capacidad de rematar, de matar dos veces. Una tercera muerte con tortura para toda la eternidad terminaba el trabajo comenzado en las tapias del cementerio. Como acaba de hacer L’Osservatore Romano el órgano oficial del Vaticano, con el escritor José Saramago, azuzado por un Papa disgustado, quizá, por ver que el espíritu burlón de quién fustigó con tanto ingenio a los adoradores del amigo invisible que mora en los cielos se extinguía en la cama y no a la antigua usanza en la tapia de un cementerio.

Ahora la derecha cavernaria toma el relevo apuntando desde ese día a la memoria de Saramago con sus cruces, esas armas terribles que más que cargarlas dios parece que las carga el diablo.
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Primera meditación para hoy:

El Partido (socialista) Popular, a través de su vocero Mariano Rajoy, ya nos alertó en su momento sobre la subida del IVA que entrará en vigor el 1 de julio: contraerá la demanda de tal manera que las arcas del Estado apenas se beneficiarán del escaso aumento de la recaudación. Como diría el humorista José Mota, las gallinas que entran por las que salen.

Mi amigo economista me asegura que sus colegas neoliberales no tienen en cuenta el carácter peculiar del español, para quien la subida apenas inquieta pues somos maestros en defraudar por este concepto. El aumento del IVA, además, se ha convertido en un argumento de venta al que le auguro momentos estelares en los próximos meses. Si las marcas de coches ya han incrementado sus ventas poniendo sobre aviso a sus futuros clientes sobre la subida que se avecina, otras casas, como Lidl, ya anuncian que no cargarán el aumento a sus clientes. La crisis como eslogan para vender. Cosas veredes, ver para creer.
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Segunda meditación para hoy:

Me ha parecido oír la voz de Trillo gritando vivaspaña. Parece que esta vez ha decidido no meterse en honduras.

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