Fuego amigo

Todavía no sabemos quiénes hemos ganado

Le llaman día de reflexión al día anterior a unas elecciones o a una huelga general, cuando en realidad uno va a votar o a la huelga por motivos que dictan más el corazón y las tripas que la cabeza. El verdadero día de reflexión es el día siguiente, cuando entre todos tenemos que recoger la cosecha de lo que hemos sembrado el día anterior.

Una reflexión que nos debe llevar a la consideración de qué significa el éxito en estos casos, porque se está hablando de éxito o fracaso, si basta con reducirlo a números, contabilizando cuántas empresas y huelguistas han parado, o si en realidad parece una frivolidad hablar de éxito mientras no triunfen las demandas que obligaron a salir a la calle a los trabajadores que se dejaron parte de su sueldo en el empeño.

Se lo decía Zapatero el otro día a Mohamed VI: "lo importante es la foto", que es el negativo de la famosa sentencia de Alfonso Guerra: "el que se mueva no sale en la foto". Precisamente la imagen del éxito de una huelga cuando el Guerra mandaba mucho, cuando sólo había una televisión, era ver cómo la pantalla se quedaba en negro en el instante mismo del comienzo de la convocatoria de huelga. Con ella, toda España se quedaba en negro. Sin Internet, el televisor era la ventana desde la que asomarse al mundo exterior, y un país sin televisión se ve obligado a hablar, con los destrozos que ello comporta en la vida matrimonial.

Hoy no hay peligro. Reflexionaremos sobre las muchas imágenes de ayer, unas enlatadas, otras en directo, con batallas campales en el paseo de Gracia de Barcelona, o con el ambiente cívico, casi festivo, en casi toda España. La huelga es su imagen, y cada uno se quedará con la más linda.

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Una cuantas meditaciones para hoy:

He estado haciendo de esquirol en la mani de la plaza del Sol con una pandilla de viejos sociatas que acudía, también ellos, a ese gran diván de psiquiatra en que se había convertido la convocatoria. Aproveché para hacer unas fotos.

En esta primera, me gustó cómo se miraban el manifestante de CC.OO. y la chica del anuncio. Creo que quedaron para después.

Todavía no sabemos quiénes hemos ganado

Vi después a unos padres que llevaban a sus dos hijos a la manifestación, para que, cuando disfruten el día de mañana de unas condiciones laborales dignas, sepan que no les fueron regaladas, sino que fueron arrancadas por el movimiento sindical.

Todavía no sabemos quiénes hemos ganado

Entre tanto personal encontré este raro espécimen que, entre otras cosas, protestaba porque a su madre acababan de embargarle el piso por una deuda de 18.000 euros, creo recordar. Lo del camión en la cabeza no lo entendí.

Todavía no sabemos quiénes hemos ganado

Me gustó el colorido de esta imagen de una bandera sindical rasgando la noche, con un Tío Pepe al fondo, ajeno al jaleo.

Todavía no sabemos quiénes hemos ganado

En un momento dado, desde el edificio del Tío Pepe, cubierto por obras de rehabilitación, alguien desplegó (Donato, eras tú?) una pancarta que decía : "Sindicatos, traidores, la huelga es de los trabajadores". Hubo un abucheo ensordecedor.

Todavía no sabemos quiénes hemos ganado

Por último, un momento de la manifestación, casi tan festiva como la toma de las uvas, en el mismo escenario, de fin de año.

Todavía no sabemos quiénes hemos ganado

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