21/11/2006

La presentadora de televisión nos estaba contando el extraño caso del video del Partido Popular en el que, para ilustrar la falta de seguridad ciudadana desde que gobierna Rodríguez Zapatero, echaban mano de imágenes de disturbios ocurridos bajo el mandato de los gobiernos de Aznar. Cuando mis asociaciones de ideas me llevaban en volandas al recuerdo del bobo que escupía contra el cielo y meaba contra el viento, me distrajo mi gatito de cuatro meses con un chillido. Mi gatito es peludo, como Mariano Rajoy, muy revoltoso, como Ángel Acebes, y camina de una manera graciosa y chulesca, como Eduardo Zaplana. ¿Y por qué chillaba mi gatito? Pues porque, quizá debido a su tierna edad, todavía no comprende que lo que tiene detrás, y que tanto le llama la atención, es su propio rabo. Se pasa el día mordiéndoselo, incapaz de entender que se está haciendo daño a sí mismo. El pobre es tan inocente...
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(Primera meditación para hoy: a modo de postdata, ahora sabemos que también habían utilizado imágenes grabadas en Medellín -Colombia- en 2003, que recogían escenas de disturbios provocados por las mafias de la droga. Ante tanto disparate ¿no nos merecemos ya una disculpa por parte del partido de la mentira crónica?)

(Segunda meditación para hoy: he oído en la SER unas declaraciones de Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, miembro de una familia que posee una verdadera fortuna en bienes inmobiliarios, que todavía supera en gracia al video de la mentira. Está a punto de salir un libro en el que la presidenta declara que "no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!" Hablando en pesetas, para que me entendáis, la pobre Esperanza sólo gana al mes 1.400.000. A ver, os lo repito: un millón cuatrocientas mil pesetas. Definitivamente, no tienen complejos.)