Fuego amigo

La contrición imperfecta

Del debate que nos ha ocupado, tanto a nosotros como a la clase política y cultural, buena parte de este fin de semana queda en el aire una cuestión que el PP esgrimió insistentemente para aliviar el chaparrón que se le vino encima: el valor del perdón y la oportunidad de concederlo. ¿Debería perdonar Leire Pajín al alcalde/ginecólogo de Valladolid, por expresar en alto su desprecio a la condición femenina, al tiempo que confesaba las calenturas que le provocan los morritos de la ministra? Y aunque así fuera, ¿deberíamos perdonárselo el resto de los ciudadanos que lo mantenemos con el dinero de nuestros impuestos?

Las pobres disculpas del tal De la Riva, que decía lamentar haber dicho en alto lo que un facha y obseso sexual redomado siente en los más profundo de su corazón... pero que no debería decir, sonaron a penitencia impuesta desde Génova 13, la santa sede de su partido, más que a un acto de arrepentimiento sincero.

Es lo que los católicos como él llaman la contrición imperfecta: es decir, no me arrepiento de lo que dije, pero sí me arrepiento de las consecuencias que acarrea el haberlo dicho, invento divino que asegura que el más malvado de los hombres, un genocida, un asesino en serie o un pederasta, por ejemplo, obtenga gratis (apenas unas avemarías) la llave para entrar en el paraíso. Quizá sea esa, por cierto, la clave de la maldad intrínseca del catolicismo, lo barato y fácil que resulta a los delincuentes y abusadores la obtención del perdón.

La jerarquía del PP abominaba de sus desvaríos, pero a continuación se felicitaba por la rapidez con que el maltratador acudía al confesionario a expiar su culpa. Dicho de otra manera, se le disculpaba que prendiera fuego a la casa porque inmediatamente se presentó voluntario para apagar el incendio.

Pero no nos engañemos. A pesar de las apariencias, en el PP están muy contentos con él, porque sirve de efecto llamada, de banderín de enganche de esa extrema derecha que tanto necesita ese partido para completar los votos que le faltan para llegar al poder.

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Meditación para hoy:

El concepto del perdón, que tanto devalúa la justicia, tan generoso con la pena que debe conllevar el delito, ha sido esgrimido en todas sus variantes por los enemigos de la Memoria Histórica. La Transición fue calificada como "modélica" por los ganadores de la guerra civil porque en cierto modo los perdedores tuvieron la generosidad (o la astucia, en aquellos momentos en que atronaban los ruidos de sables y ¡quieto todo el mundo!) de confundir perdón con olvido.

La derecha prefiere el olvido, porque lo que se olvida ya no hay que perdonarlo. De esta manera, el alcalde rijoso podrá volver a presentarse a las elecciones, y ganarlas por mayoría absoluta.

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