Fuego amigo

Dinero extra para el profesorado

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Hace tiempo que me hago la misma pregunta que ayer inquietaba a Rubalcaba: "averiguar el número de desempleados que podíamos haber contratado en España" si los implicados del PP en la trama Gürtel no hubieran presuntamente robado. Estando como está de enredado el sumario, todavía es pronto para saber a cuánto asciende lo defraudado. Las estimaciones van desde cientos de millones a los 6.000, lo que elevaría el expolio a la categoría de obra de arte.

Cierto que los parados son el hambre de hoy, y el buen gobierno aconseja socorrer las vidas de los más necesitados en tiempos de zozobra. Pero si yo fuese Rubalcaba, y consiguiera rescatar de los paraísos fiscales de la Gürtel el dinero robado, pensaría más en el hambre de mañana, intentando mitigar la del presente.

El hambre de mañana es el recorte de miles de plazas, provocado por la crisis, en la convocatoria de oposiciones de profesores de enseñanza primaria de toda España. Ya se sabe que la visión de futuro de los gobernantes queda mejor plasmada en cómo utilizan la tijera de recortar gastos que en los criterios de inversión, porque gestionar la escasez requiere más astucia y habilidad que el reparto de la abundancia. Y a mí se me ocurre que apostar en la formación de los futuros ciudadanos es asegurarse la cosecha.

En los casos más extremos de hambruna, a ningún campesino se le ocurriría ahorrar en semillas para sembrar. Intentará optimizar el uso de agua y fertilizantes, pero sabe que si no hay siembra no habrá cosecha al año siguiente.

En el caso del expolio de la Gürtel, la venganza podría alcanzar, además, proporciones colosales (digo coloxales): invertir el dinero incautado en más profesores que impartan esa asignatura de Educación para la Ciudadanía que tanto aterroriza al PP, esa asignatura repugnante donde, por ejemplo, se enseña a los niños que el robo de las arcas públicas empobrece a los países y prostituye las democracias.

Algo así como hacemos en la lucha contra el narcotráfico, cuando destinamos el dinero incautado a los narcotraficantes para financiar programas de desintoxicación de drogadictos. Porque lo de estos patriotas no es que sea maldad; en cierto modo no es más que pura adicción.

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