Fuego amigo

Los desalmados tienen dos almas

Ya ocurrió en el proceso de paz de Irlanda. Y en el caso de Euskadi, con la banda terrorista ETA, no podíamos esperar menos. Es la tragedia intelectual de los que profesan y viven de una creencia, que el riesgo de dejar de creer bruscamente implica la fatalidad de quedarte al mismo tiempo sin norte y sin empleo. Imaginad por un momento un Papa que de la noche a la mañana cae en la cuenta de que dios no existe, que lo que él estuvo vendiendo durante toda una vida abnegada era una pura fabulación, un invento del hombre que hizo a dios a su imagen y semejanza. Si actuara en consecuencia (y no como el cura de "San Manuel, bueno, mártir" de Unamuno) no sé qué sería más trágico para él, si la desilusión y consiguiente vacío vital de haber cabalgado toda una vida a lomos de una mentira, o el quedarse sin empleo y todos los fastos palaciegos que conllevaba la confortable silla de Pedro.
En esa organización confesional que es ETA hay curas y papas que han dejado de creer en su dios, en la fábula de la nación independiente arrebatada al invasor mediante la lucha armada, conscientes de que el islamismo radical ha puesto muy caro el caché antaño heroico del terrorismo, y de que nada volverá a ser igual desde el 11-S y el 11-M. Un terrorista, en el imaginario de todos los no creyentes, es la personificación de la barbarie, de la sinrazón, de la maldad. Ha perdido la aureola romántica del maquis, de Robin Hood, de la resistencia guerrillera contra las tropas napoleónicas, muy tocada ya desde la masacre de Hipercor. Cuando los creyentes del terror hablan de país ocupado, al mundo le cuesta relacionar ese próspero País Vasco que todos vemos con la nación imaginada por los gudaris de la izquierda abertzale.
Pero también hay quienes no están dispuestos a reconocer el final del ciclo histórico, y continúan aferrados a la idea disparatada de que 44 millones de españoles, acorralados y al fin vencidos, estarían dispuestos a rendirse algún día ante las armas (¿) de los combatientes de "la resistencia". Mantener ese combate desigual en 2006 es una necedad a la luz de la razón, pero la razón es, precisamente, un instrumento muy difícil de encontrar en la casa del terror. Y esta convivencia en la misma sacristía de militantes creyentes y descreídos añade una dificultad más a la hora de elegir desde el gobierno un interlocutor que haga valer dentro de su organización los acuerdos alcanzados en una futura (o ya presente) mesa de negociación.

¿Qué ETA se escondía tras el pasamontañas en la fiesta/homenaje a los gudaris, celebrada en Oiartzun: la primera o la segunda? ¿La que intenta aplacar a sus bases para que el proceso de paz comience con buen pie o la que jalea y proporciona gasolina a los muchachos de la kale borroka, un tanto aburridos ya de tan larga inactividad? ¿La que prefiere negociar o la que anuncia que continuará la lucha armada "hasta lograr la independencia"?
--------------------------------------------------------------------------------
(Meditación para hoy: Y, por si los demócratas no tuviesen suficientes enemigos, como siempre, aquí llega el Partido Popular, ayudando patrióticamente a que todo se vaya al carajo. Rajoy lo dijo ayer: el Gobierno debe dejar el mal llamado proceso de paz y "debe volver ya al Pacto Antiterrorista". Lo dijo ante un mitin con militantes de "Nuevas Generaciones", que, haciendo honor a su nombre, por cierto, renovaban su presidencia (la presidenta saliente ya no era "nueva") y renovaban además, y esto sí es importante, su penosa, larga, difícil, angustiosa, interminable... marcha hacia el centro.
Los jóvenes cachorros del PP comienzan una vez más una "revolución ideológica desde el centro reformista" que nunca existió a la nada ideológica más absoluta.)

Más Noticias