Fuego amigo

El pelotón de los listos

 

La Comunidad de Madrid ha hecho una oferta (¿electoral?) muy peligrosa: la creación de un Bachillerato de Excelencia, con centros especializados para los mejores alumnos de la ESO. Viniendo de quien viene, inmediatamente sonaron las alarmas en el Ministerio de Educación, que ve en la ocurrencia, según palabras de su Secretario de Estado, una manera de "separar, segregar y crear guetos".

 

Pero la realidad, como tantas veces hemos comentado, es poliédrica. En la comunidad escolar existe una rara unanimidad sobre qué hacer con el pelotón de los torpes, a los que hay que apoyar con profesorado y clases de refuerzo, para evitar que la media del alumnado tenga que ponerse al ritmo de los menos dotados, vagos, y, a veces, maleantes. Pero saben también que hay un pelotón de los superdotados cuyas capacidades se truncan a menudo, vencidos por el aburrimiento de tener que escuchar lecciones para ellos ya superadas.

 

En nuestro sistema educativo, pues, está solucionado, más o menos, el problema para los menos dotados con los llamados "agrupamientos específicos", pero está desatendido el grupo de los superdotados. Superdotados que a menudo bajan su rendimiento para ponerse al paso del grupo mayoritario por miedo a las burlas y a los insultos de cerebrito y empollón.

 

Era Marx quien profetizaba, una vez alcanzada la última etapa del socialismo utópico, que solo entonces habría que hacer frente a la cuestión de la singularidad de las personas: "Cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades", pensamiento que astutamente fue aprovechado luego para justificar las desigualdades más hirientes en el sistema capitalista. Como siempre, los conservadores se apoderan de lo mejor de cada casa.

 

No quiero ni pensar en qué acabaría la idea "marxista" de cada cual, según su capacidad, reciclada por la lideresa del PP. Quizá la construcción de otros colegios especiales para niños cristianos, exclusivamente rubios, ojos azules y de contrastada pureza aria... No sé.

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Meditación para hoy:

 

Un colegio de Madrid ha sido condenado a pagar 40.000 euros por ignorar un caso de acoso escolar, de forma "continuada y reiterada en el tiempo", por haber hecho caso omiso de las denuncias de los padres de la víctima. El colegio, atención, se llama Amor de Dios. ¡Dejad que los niños se acerquen a mí!

 

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