Fuego amigo

Me voy unos días, esperadme

Este que aquí veis en foto, vestido de colegial, se va unos días de vacaciones al país de los mil lagos, como llaman a Finlandia (no sé por qué le apodan el de los mil lagos si he leído que tiene 188.000). Necesito pasar frío, borrar de mi vista cotidiana el bosque de grúas de la M-30 de Gallardón, pescar, y poner cobardemente miles de kilómetros de distancia con los problemas. A mi vuelta no sé si quedará en pie algo de Líbano y Sidón. Serán de esas vacaciones sin luz eléctrica (me voy a las cabañas del bosque y al país de los Sami, mal llamado Laponia), sin periódicos, sin Internet... pero sin vosotros, de los únicos que tengo mono, incluidos los trolls.
Llevo con esta bitácora diez meses, lo que yo llamo una vida paralela virtual, igual o más intensa que la real, y me da un poco de aprensión apagarla, aunque sólo sea por unos días. Yo me consuelo con saber que los problemas crecerán y se alimentarán perfectamente sin mí, que el mundo no necesita de mi concurso para que vaya peor. Quizá, como decía el poeta José María Valverde, como mucho "se quedarán mis cosas sin mí desconcertadas" (¿no os habéis preguntado nunca qué harán nuestras cosas cuando no las vemos?).
Esta segunda vida virtual me ha servido para conocer gente muy interesante, mantener las neuronas despiertas y practicar el noble deporte renacentista de hablar por hablar, de perder el tiempo, de ganarlo, de usar las palabras como floretes para combatir sin sangre, para ahondar en esa otra España que vive en las antípodas de mis ideas, para encontrar consuelo intelectual en las personas con las que sintonizo.
Debo confesaros que necesito esos días de poner la mente en blanco. En los momentos de mucho agobio de trabajo ya no sabía en cual de los dos mundos vivía, si mi mujer y mi hijo eran reales o pertenecían al reino de Nunca Jamás, si Irene, Papisa Juana, Imagina, Pericles, Veste, El curalotodo, el impronunciable smg310, Miguel en Canarias, Johannes Paulus, Alter K, Stifmacuin, Pepa, S.M. El Viti, Belial, César Calderón... y los trolles de los mil nombres (o 188.000 ,como los lagos de Finlandia) eran compañeros de farra o inventos de la imaginación.
Ayer almorcé con Martínez Soler (estar con él es una inmersión en la realidad, siempre enriquecedora). Tiene la costumbre y el buen gusto de regalar a los amigos un libro, con la misma facilidad con que te regala una frase ingeniosa. Como en la comida habíamos hablado de lo que se ha dado en llamar respuesta desproporcionada de Israel contra Hezbolá, que yo prefiero llamar puro terrorismo de Estado, me acompañó a una librería y me regaló un libro de Primo Levi, judío italiano que sufrió la tortura fascista de los campos de concentración. "Toma -me dijo-, si hoy viviera, él también habría deplorado la intervención de Israel". Se titula "Si esto es un hombre", y comienza con estos versos:
Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.

Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.
Parece la voz en off de un telediario de hoy, que no sea Telemadrid, claro está. Primo Levi se refería a la represión contra la población civil llevada a cabo por los nazis y fascistas. Os queda ahí como meditación para estos días. Esperadme, por favor.

Más Noticias