Fuego amigo

El Hombre de la Vega

Señor Saco: le escribo en nombre de los toros bravos españoles para denunciar su terca oposición a una tradición como la del Hombre de la Vega. Hoy martes, en Tordesillas, y pese a la incomprensión de representantes de la especie humana como usted, nos disponemos a cumplir con una tradición de cientos de años, que dio paso, en su día, a la gran fiesta nacional, en la que un toro matador juega con un hombre bravo hasta que lo mata de una cornada.

El Hombre de la Vega consiste en que cien toros mozos perseguimos con nuestros cuernos a un hombre bravo (el de este año se llama Jaquerito) por las calles de Tordesillas hasta que el animal muere desangrado. Luego, el toro vencedor le corta los testículos al Hombre de la Vega y los pasea orgulloso por el pueblo, ensartados en la punta de uno de sus cuernos.

A usted esto no le parece gracioso porque es un animal. Pero esto, querido amigo, es tradición y cultura. Así que ándese con cuidado, no vaya a ser usted el próximo en perder los testículos.
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Meditación para hoy: Hablando de testículos, ¡manda huevos! Como bien sabéis, la derecha se distingue de la izquierda en que la derecha es "patriota" y la izquierda no. En el día de su autoproclamación como candidato a la presidencia del gobierno, Mariano, el jefe de los patriotas, la madre de todos los patriotismos, como no sabía muy bien cómo explicar a su camada cuan patriota es capaz de ser, dejó que su inconsciente hablara por él y le retratara: "Yo siento a España desde Melilla hasta Ferrol" (¿del Caudillo?). A ver, a ver. "Yo siento a España..." Humm. ¿Os acordáis de aquel teniente coronel (Tejero mucho, se llamaba) que también quiso sentar a España en la figura de sus representantes en las Cortes, con la orden de "se sienten, coño"?

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