Fuego amigo

Abstemios por turnos

La Dirección General de Tráfico está intensificando la campaña contra el alcohol en la conducción. Aparte de recordarnos que puede haber desde penas de cárcel a retiradas de carnet de por vida, dependiendo de la gravedad de la falta, se hace hincapié en las consecuencias fatales de los accidentes de tráfico, con sus secuelas de muertes y tetraplejias.
No sé si es cierto pero me contaban el otro día el cuento de un fulano al que paró la Guardia Civil con una tasa de alcohol en sangre, de esas que derriten el aparato de medir, que cuando el agente le comunicó que tenía que denunciarle y que seguramente le retirarían el permiso de conducir, el tal fulano, quizá debido a su intoxicación etílica, le contestó al guardia: "Mire usted, necesito el carnet para trabajar, tengo mujer y tres hijos que alimentar. ¿Por qué no lo arreglamos como antes? ¿Por qué no me da usted un par de hostias y quedamos en paz?" Hay que estar muy borracho o tenerlos cuadrados para hablarle así a un guardia civil que lleva ocho horas a la intemperie.

El caso es que todo esto me recuerda que ya hace más de un año propuse una idea que nadie quiso comprarme, pero que vuelvo a traer aquí, con la terquedad que me caracteriza. Teniendo en cuenta que buena parte de los accidentes entre los jóvenes suceden tras su paso por una noche de marcha, proponía el invento de una chapita que se regalaría en los bares de copas y discotecas, del tamaño de un huevo frito, de color fosforescente, que el elegido se colocaría de manera bien visible en el pecho (a ellas, si quisieran, les darían dos), de tal manera que se distinguiese desde el otro extremo de la discoteca, brillante en la oscuridad como la lucecita de El Pardo en tiempos del franquísimo. E igual de tranquilizadora, pues todos a su alrededor sabían que aquella lucecita pertenecía a alguien que velaba por nuestro bienestar (¡Oh, sielos!). Llevar la chapita liberaría al abstemio de turno del problema psicológico de parecer el famoso cagao que no bebe, para pasar a ser el marchoso responsable de la pandilla.
Decidme, así en bruto o mejorada por alguno de vosotros con más cabeza: ¿no es una idea que merecería la pena intentarla?

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