Fuego amigo

Un debate monólogo entre actores

El día había amanecido con buenas encuestas para el PSOE. Por la tarde, Solbes anunciaba una ampliación sin coste en el plazo de las hipotecas a las familias más necesitadas. No era la mejor situación para encarar un debate con Zapatero. Pero Rajoy no se arrugó.

Yo sí. Estuve viendo el debate con el alma encogida, en el mismo estado de tensión que ante un partido de una final de copa. Porque la política y los partidos de fútbol suelo verlos en pequeñas dosis en el telediario, pero dos horas seguidas es toda una sobredosis para mí.

El debate no trajo nada nuevo, y sólo una sobretensión. Mariano Rajoy, el aspirante, estuvo como siempre, agresivo, xenófobo, grosero y monotemático con el terrorismo, con una acusación que define definitivamente su calidad humana: el presunto desprecio y agresión por parte de Zapatero a las víctimas del terrorismo. Lo peor es que Zapatero no contestó a tamaña acusación con la contundencia que se merecía, se arrugó porque sigue pensando, quizá, que la cortesía es un instrumento útil para luchar contra los matones de la dialéctica.

Al final, asistimos a la repetición de los mítines, palabra por palabra (he reconocido frases enteras literales), lo que me confirmó los peores presagios: que se nos venía encima un debate entre los gabinetes de imagen que escriben a diario los guiones, con Rajoy y Zapatero como meros actores. Ser actor es representar lo que no es, y en eso hay que reconocer que Rajoy ayer mereció un óscar, a pesar de que algunas encuestas urgentes hayan dado después como ganador a Zapatero.

El propio formato televisivo lo complicó más, ayudó a que más que un debate aquello fuera un monólogo de dos, frío, sin público, como si los espectadores estuviésemos contemplándolo a hurtadillas por la mirilla del ojo de la cerradura, con los tempos compartimentados a extremos ridículos, un monólogo alterno en el que los monologuistas leyeron disciplinadamente parte de lo que traían escrito. En ese sentido creo que fue un debate inútil.
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Otra meditación para hoy:

Ayer llamó a mi casa alguien que decía hacerlo en nombre del PP. Era mediodía, y a esa hora sólo suelen llamarme los bancos para ofrecerme toda suerte se productos financieros, tarjetas de crédito, créditos instantáneos, cuentas de alto rendimiento... Los bancos, ya lo sabemos, siguen empeñados en darnos dinero, pues al parecer tienen más confianza en nosotros que el mismísimo Manuel Pizarro, el currante del PP que nos amenaza con venir a salvar a la clase obrera.

Por su forma de hablar (una voz juvenil) deduje que para facilitarle el trabajo le habían provisto de un guión, que recitaba con el torpe nivel de lectura que el informe PISA ha detectado en nuestros estudiantes. El joven me animaba a votar al PP el próximo día 9, y para ello me leyó sus razones: para que España no se rompa, para luchar contra el terrorismo, para que podamos pagar las hipotecas... Ya sabéis la letanía, la misma que Rajoy repitió hasta la saciedad en el debate.

Le dije con voz firme que contara con mi voto. Creo que le puse muy contento, aunque me pareció advertir en su titubeo de gracias que desconfiaba de mi pronta respuesta. Yo no hacía más que seguir el ejemplo de mi mujer, que en todas las encuestas telefónicas (es una veterana, creo que ya lleva tres) siempre dice que su intención es votar al PP.

Luego entré en la página "unclickporrajoy.com" en el que te animan a expresar una muestra de cariño al malherido presidente del PP haciendo click con el ratón. He sido generoso, hice unos cien click. ¿Por qué esta repentina conversión mía? Pues porque creo que las encuestas del PP hay que inflarlas, para que, cuando las publiquen, la izquierda sepa lo que se le viene encima. Por eso creo que las encuestas que dan ganador del debate a Zapatero hacen un flaco favor a la izquierda.

Hoy alguien quizá llamará a vuestras casas, y no será el lechero, para haceros una encuesta más pausada sobre el resultado de la contienda dialéctica entre Zapatero y Rajoy ayer noche. Por dios os lo pido, haced como yo, decid que Mariano estuvo muy bien, que le pegó una paliza al proetarra, acosador de obispos y arrestador de generales golpistas. Os lo pido por Dios, así, con mayúscula, para que la izquierda se acojone y vaya a votar. Porque como dicen los socialistas catalanes, si no vamos, ellos vuelven.

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