Fuego amigo

La crispación les da buenos resultados electorales

Acabamos de tener la confirmación de que los políticos son las primeras víctimas del marketing. Sabido es que los mismos departamentos, con idénticas técnicas de venta aprendidas en las mismas escuelas, son los encargados de la estrategia de comunicación de todos los partidos políticos. Unos lo sobrellevan con más fortuna que otros, dependiendo de la calidad de los actores para representar su papel.

Por ejemplo, el equipo que aconseja a Rosa Díez un aggiornamento de sus mensajes, consciente de que el lenguaje no verbal es poderosísimo, le obliga a ponerse unos modelitos de jovencita pija en un cuerpo de antigua sociata de vaquero y alpargata de esparto, que da como resultado un mensaje desquiciante.

Los asesores de Zapatero tuvieron mucho cuidado en suavizar las cejas que tanto le acercaban, sólo en imagen, a las del lehendakari Ibarretxe.

Con Rajoy, además de trabajar su barba de una semana que a veces tiende al desaliño, tuvieron que construir todo un personaje, desde la sosería de un registrador de la Propiedad a la apoteosis de la grosería personificada. Y eso es muy duro. Porque me consta que Mariano Rajoy es tan vago que hasta le da pereza ser tan grosero o patriota de hojalata como para ir poniendo a parir por el mundo al gobierno de España. Mariano es bueno, pero la dictadura de su gabinete de incomunicación le está amargando los días. De ahí esa cara perpetua de sufrimiento por el arsenal de insultos que le preparan cada mañana para que los ensaye con el desayuno.

Él sabe que magnificar los efectos de la crisis trae más crisis, que presentar ante la ONU a su presidente de gobierno como un idiota debilita a su país, pero está obligado a recitar el viejo guión de que, tras el diluvio universal que con tanta habilidad describe, llegará él, flotando en la nave del PP, con todas las parejas de animales salvadas de las aguas, sobre todo las gaviotas, para repoblar el mundo.

Y he aquí la confirmación: el PP, según el diario Público, ya adelanta al PSOE en estimación de voto. Y eso no es ni bueno ni malo, según desde donde se mire. Lo malo para todos es que, confirmada la efectividad de la estrategia, vamos a tener otros tres años de crispación insoportable.

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Primera meditación para hoy:

Hace mucho tiempo recordaba en esta columna la confesión que me hacía el escritor García Hortelano, paseando juntos por las inmediaciones del estadio Santiago Bernabéu de Madrid, sobre su afición al fútbol, una afición que por motivos de "corrección política" había ocultado en los años duros del franquismo. Tanto él como su amigo Juan Benet. "Lo bueno de la democracia -venía a decirme, más o menos, no sin cierta sorna- es que los escritores e intelectuales ya podemos confesar que nos gusta el fútbol".

Yo le reconocía, por mi parte, que había cambiado el odio al fútbol, como símbolo franquista del pan y circo, por la indiferencia, pues las pasiones que no se maman en la infancia o juventud rara vez las adquirimos de adultos. Por entonces (hace de esto 25 años) la violencia en el fútbol español era casi una anécdota y los grupos de aficionados ultras apenas tenían relevancia. Creo que si hoy despertara de su sueño eterno y viera la salvajada nazi de los campos de fútbol en el pasado fin de semana, García Hortelano volvería a ocultar con siete llaves su amada afición futbolera.

Segunda meditación para hoy:

¿No os parece una anomalía democrática que un Estado laico, no confesional, celebre la apertura del Año Judicial con una misa?

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