Memento

R de Rumba: "Hay una falta de reconocimiento a los productores. Parece que si no hay una voz delante no tiene valor"

En medio de una pandemia que parece interminable y con el sector cultural tan afectado, parece difícil hacer una entrevista donde hablar mayoritariamente de música, pero, por suerte, todavía salen nuevos discos que vale la pena escuchar, aunque haya que esperar para disfrutarlo en directo. Es el caso de Funk Experience, el nuevo disco que R de Rumba, productor y DJ de Violadores del Verso, ha sacado junto a multiinstrumentista alicantino Carlos Porcel. Puro funk con aroma a rap.

Si ya es difícil sacar un disco en la actualidad, al ser un formato que parece desactualizado, más lo es en medio de una pandemia e, incluso más, de música funk. Pero Rumba reconoce que él no teme ir a contracorriente. Además, este disco homenaje a la música negra puede romper tabús dentro de su público habitual, más cercano al rap, y abrir nuevos horizontes a un género musical que no goza en España de la popularidad que sí tiene en otros países de nuestro entorno.

Sin duda, R de Rumba, uno de los productores y DJs más reconocidos por el público de habla hispana, ha sido la persona idónea para hablar de música cuando todo a nuestro alrededor parece ruido. Cuanto todo es pandemia o la disputa entre Trump y Biden. Además, si el mundo se va a acabar, qué menos que despedirlo a ritmo de buen funk.

Para presentar el disco a quien no lo haya escuchado, ¿dirías que es un disco de funk o un disco de rap con instrumentales con sonido funk?
No quiero tampoco flipármela, pero sí considero que es un disco de funk con tres pinceladas de rap. Para ser más concreto, diría que es un disco de funk hecho con la mentalidad de un productor de hiphop.

El disco lo has compuesto junto al músico alicantino Carlos Porcel. ¿Este disco nace de tu relación con él o ya lo tenías en la cabeza?
Para nada, yo esto no lo tenía pensado. Fue tras conocerlo a él hace unos cuatro o cinco años aquí en Alicante, en unos locales de ensayo. Cada uno tenía su local, nos conocimos, comenzamos a jugar un poco en el estudio y dijimos ‘hostia, pues esto que hacemos está guay. ¿Nos hacemos un tema o dos?’ Al principio hicimos cuatro, vimos que las demos estaban bien y decidimos tirar para adelante y hacer un disco. Surgió, pero no estaba para nada previsto.
¿Por qué ha salido con él? Porque nos hemos entendido muy bien. Él sabía por dónde quería ir. Además, es un tío que toca bastantes instrumentos. Que una sola persona pueda meterte bajos, guitarras, trompetas, trompas, teclados,... en el mismo concepto, es increíble. Si hubiera tenido que montar una banda al completo, igual me hubiera dado mucha pereza.

¿Qué supone sacar el disco en plena pandemia? ¿Buscabais un disco más para escuchar en casa o pretendéis llevarlo al directo?
Este disco, en un principio, quería sacarlo en navidad de 2019. Me pilló el toro, porque cuando haces tú las cosas, te gestionas todo y no tienes una compañía detrás que te apriete, te relajas. Así que lo retrasamos y decidimos terminarlo para primavera de 2020 y... ¡Boom! Pandemia. En tu cara (risas). Encerrona en casa y mierda, el disco. ¿Qué hacemos? Nos decidimos a sacar un single, pero el videoclip que íbamos a hacer con El Momo lo paramos e hicimos algo más casero. Pero necesitaba sacar algo ya porque me comía por dentro. O lo sacaba o lo guardaba en un cajón indefinidamente.
Una vez sacamos el adelanto pensamos que, si no había una hecatombe aquí, octubre era buena fecha para el disco y ha sido cuando ha salido. Ya sé que no es buen momento, pero ¿Qué hago? ¿Me lo guardo? He de decir que, según me está diciendo la gente, ha entrado muy bien porque es bastante positiva la música. No es muy oscura y, al parecer, le está viniendo bien a la gente en estos momentos.  Pero es verdad que lo he sacado más por el ansia que por otra cosa, por mucho que pueda ser el peor momento del mundo para sacar un disco.
En cuanto al directo, ya teníamos fechas y todo. Estaba todo pensado con antelación, teníamos algunas salas pilladas para hacer cosas pequeñas en febrero y marzo, pero todo se ha parado.

R de Rumba: "Hay una falta de reconocimiento a los productores. Parece que si no hay una voz delante no tiene valor"
R de Rumba y Carlos Porcel en el estudio. Gustaf Choss.

En alguna entrevista señalas que buscas acercar el funk al gran público. Pese a que muchas músicas actuales beben del sonido funk, es un género que no termina de despuntar en España. Por ejemplo, una banda como la madrileña Sweet Vandals, que a mí me flipa lo que hacen, no es muy conocida. ¿A qué crees que se puede deber esta falta de reconocimiento?
Creo que se puede deber a un "retraso musical" debido a la gran dictadura que tuvimos. Pero hoy en día sí es una pena, porque en cualquier sitio de Europa hay bandas funk que lo petan, que llenan salas. Y aquí hay bandas increíbles que sí, que van funcionando, y también hay festivales dedicados a esta música, pero no dejan de ser pequeños. No llegan a ser masivos.
Al final has de asumir lo que hay. España es difícil; España es diferente, para bien o para mal, y es lo que nos ha tocado vivir. Espero poner un granito de arena y con este disco, hecho desde una visión hiphop, abrir un poco más ese mercado y que vaya mejor este género en España.
Pero es una mierda la puta dictadura que hizo que estuvieran las fronteras cerradas. ¿Por qué en Italia hay tanto funk setentero? ¿Por qué en Francia? ¿Por qué en Bélgica? ¿Por qué en Alemania? Con el jazz sucede lo mismo. Y es porque estuvimos cerradísimos a esas influencias.

En este sentido recuerdo que, en la presentación en Zaragoza de tu primer disco, tras vuestro show con todas las colaboraciones actuaba George Clinton, que sé que para ti es el principal referente, y nos quedamos más o menos un 10% del total de público de esa noche. ¿No pensaste en aquel que momento que tal vez el funk no era el camino hacia el éxito en España?
(Risas) Realmente me lo imaginaba. La gente quería ver a los rapers, era una noche más enfocada al rap donde actuaba George Clinton. Es una pena, pero, si te digo la verdad, me la sudó. Pensé ‘si no os apetece verlo, que os den por culo, idos de aquí. Os vais a perder algo increíble’. Y sí, fue una pasada.
En cuanto a la pregunta, yo nunca me he movida por parte comercial. Yo sabía dónde me metía perfectamente. Encima, medio instrumental, con un poco de rap, funk... pensé "¿qué estás haciendo, Rumba? Si vas a contracorriente". Ya lo sé, pero es lo que hay.

"Funk Expierence es un disco de funk hecho con la mentalidad de un productor de hiphop"

Eso sí, en el disco te rodeas de varias voces de colegas porque, según reconoces en una entrevista reciente Aragon TV, un disco instrumental entero hubiera sido más difícil de vender. ¿Hay una falta de reconocimiento en España hacia la figura del productor musical?
Por supuesto, y más aquí en España. Estoy totalmente de acuerdo. A ver, yo iba empecinado a hacerme un disco instrumental, eh. Luego me di cuenta de que era muy complicado. También porque escucho mucho lo que tiene que decir Porcel y él quería cantar. Además, canta guay. Y ya pensé que si cantaba él metía unos rapers. También ponía en la furgoneta de gira la cosas que iba haciendo y Javi (Kase O) decía que quería rapear encima. Y ya entonces valoré que era una flipada hacer un disco solo instrumental.
Volviendo a la cuestión, creo que sí hay una falta de reconocimiento. Siempre se les da importancia a los cantantes, a los rapers. Parece que si no hay una voz delante no tiene valor. Pero bueno, no pasa nada. Lo asumo e imagino que tiene que haber de todo. 

En cambio, tu nombre sí es reconocido. Como señala Kase O en El Protector, "nadie recuerda el nombre de tu DJ, pero sí del mío". También el de Acción Sánchez, por ejemplo, es conocido por la escena. Parece que antes sí tenía más peso el DJ en una banda de rap. ¿Cómo ves la escena actual de DJs en este país?
Es cierto que antes los propios rapers le daban importancia a sus DJs y a sus productores. Eso es así. Han sido ellos nombrándonos quienes nos han puesto en el mapa. También es verdad que llevamos toda la puñetera vida trabajando, pero nos ha ayudado que nos mencionaran y nos dieran importancia. En cambio, hay muchos artistas actuales que no llevan DJ.
Ahora no conozco tantos grupos que lleven uno detrás. Sí sé que Blasfem va con Ayax y Prok y con más gente. Tampoco sé si hace sesiones o cómo está ese mundillo. Pero pocos conciertos veo donde haya mucho juego con el DJ como hacíamos Violadores, por ejemplo. O como he hecho yo con Javi durante esta última gira o como hacéis vosotros. No veo mucho trabajo en ese sentido ahora. No sé, ellos se aburrirán más, imagino. Yo como DJ me lo paso muy bien en un concierto donde participo, no solamente donde pongo la música.
También hay unos cuantos grupos que van con sus productores que no son DJs y no hacen ni cortes ni scratching. Sólo ponen la canción y meten algún teclado. Está guay, es otro rollo.

R de Rumba: "Hay una falta de reconocimiento a los productores. Parece que si no hay una voz delante no tiene valor"
R de Rumba & Carlos Porcel. Gustaff Choos

Gran parte de tu trabajo es fruto del sampleo. Ya ha habido varias polémicas relacionadas con esa técnica. Incluso, no sé si sabes que nosotros tenemos una canción eliminada de Spotify por una denuncia que sigue en proceso.
Lo sé, lo sé. Qué cabrones. Anda que samplear a Café Quijano, cabronazos (risas). Yo sé dónde me meneo. Sé que si sampleo a Alaska y Los Pegamoides tengo que pedir permiso. Pero si sampleo un grupo de Bélgica del 71 sé que se la suda, cabrones. (risas)

Entonces, ¿crees que el límite de samplear está en rebuscar un poco y no usar nada actual?
El límite hoy se llama YouTube, así de triste. El límite que nos imponen, vaya. El que te pongas tú es distinto. Yo tengo los míos, evidentemente. Cosas ya sampleadas no las suelo usar. Antes, más de crío, sí, pero hace varios años que no. Suelo chequear todo, ya puede ser un grupo de rock progresivo eslovaco. Lo compruebo. Ya sea en libros, en páginas web o donde sea.
También tengo la manía de no samplear apenas nada de los 90 y menos de los 2000. Uso del 90 para abajo, para entendernos. Aunque bueno, ya han pasado los años... ya se pueden samplear los 90, ¿no? (risas).

Ahora que parece que nos adentramos en la segunda ola de la Covid, recuerdo que durante la primera hiciste varias sesiones a través de Instagram. ¿Qué tal la experiencia?
Nunca había hecho una cosa así y fue cojonuda. De hecho, quiero hacer más. No sé por qué no lo hago, parece que esté esperando al segundo encierro (risas). Me encantó la experiencia. Es un poco rallada porque Instagram te corta depende lo que pinches y no me produce tranquilidad eso. Pero, aunque me moló la experiencia, tampoco creo que debamos abusar de ello, yo por lo menos, porque ya es lo que nos falta, darles contenido. Sólo falta que nos den el número de cuenta y les ingresemos dinero.
Pero llegó un punto que me molaba tanto que me compré una tarjeta especial para hacer sesiones en Instagram, para emitir bien mediante sonido línea y no desde  el micro del móvil. Sí, me gustó la experiencia y quiero repetir.

¿Crees que la música puede sobrevivir gracias al streaming o que sin el calor del directo no hay futuro?
Es muy triste pensar así. Imagínate que no haya más bolos nunca. Aún no lo puedo concebir. Te habrás fijado que tampoco hay tanta gente haciendo directos de este modo. Ya sabes cómo va, que hasta que los grandes no entren... Han habido experiencias y algunos eventos en streaming, incluso he estado mirándolo para hacer una presentación del Funk Experience en navidad, pero no termino de verlo. Prefiero esperar.
Por ahora se ha demostrado que la cultura es segura. Se pueden hacer eventos en sitios con capacidad para mil con 200 o 300 personas y la gente no se contagia. Con su mascarilla y sentaditos. Sé que es un poco raro. Por ejemplo, para el funk no es tan raro al ser algo más musical, pero para el rap sí lo veo un poco raro. Veremos cómo avanza todo.

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