Merienda de medios

¿Fetichistas del pie o caníbales?

Dando por bueno que los dirigentes del PP "prefieren morder la pantorrilla de una compañera que la yugular del oponente", como sostenía ayer Ignacio Camacho en ABC a cuenta de la torpeza de la derecha para hacerse un hueco en la "democracia icónica" de los socialistas, habrá que reconocer que alrededor de la vaporosa foto de Soraya Sáenz de Santamaría exhibiendo calcáreo en El Mundo se han juntado el hambre con las ganas de comer.

Tan hambrientos estaban algunos de los articulistas más diestros, que no han dudado en entregarse al canibalismo más grosero, con lo que de la pierna de la portavoz del PP no ha quedado ni el hueso para el caldo. Así, por ejemplo, para ese relojero con guantes de boxeo que es Pío Moa en su blog de Libertad Digital, la actitud de la modelo es "prostibularia" e "intenta hacer normales las mismas conductas que pretenden normalizar los progres que, no por casualidad, promueven, incluso desde el ministerio llamado de Sanidad, la droga, la pederastia y el puterío en general". Finezza ante todo.

Cierto es que no todos se han sumado al banquete. Entre los inapetentes ha destacado Martín Prieto, extrañamente sobrio en su análisis del deshabillé. "Lo interesante en Soraya es lo que nos dice. Como si nos lo quiere decir en bragas", explicaba en El Mundo. Y Martín Beaumont, mascarón de El Semanal Digital, cuyo fervor por la actual cúpula popular es similar al de un estudiante de Arquitectura por la de Brunelleschi: "No es Soraya quien hace daño al PP con su foto. No. Son esos compañeros (...) los que dando pábulo al machismo, a la carcundia, estando siempre dispuestos a debatir del sexo de los ángeles si son asuntos internos, pulverizan la imagen de su partido".

Apóstol de la causa pulverizadora, Federico I se daba el atracón de su vida en la Cope y, de paso, atizaba a Rajoy por escote interpuesto. "Soraya nos aparece como un homenaje minúsculo a Cristina Tórrida, mirando a la cámara con una especie de mohín, así insinuante, que, en fin, para gustos son los colores, pero que es la misma mamarrachada que lo otro [el posado de las ministras socialistas en Vogue] (...). ¿Y Mariano qué? Pues Mariano se arrepiente de haber criticado la mamarrachada del Vogue y dice que la foto es muy bonita. Sí hombre, sí, como tu política".

Atributos y valores

¿Ha puesto la portavoz en bandeja su pie a los fetichistas más crueles? En La Estrella, Zarzalejos, el ex de ABC por las gracias de Losantos, cree que sí: "Se trata de determinar si la fotografía transmite o no los atributos y valores que desea la interesada y son propios de su organización o, por el contrario, no lo hace (...). Y desde esa perspectiva, Soraya se ha confundido y ella y su partido lo saben". Sean piadosos.

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